El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, promulgó este miércoles una ley que le había enviado el Congreso el viernes y que impone sanciones económicas a Rusia por su presunta injerencia en las elecciones de 2016, informó la Casa Blanca.

Además, proyecto de ley recoge que el presidente no pueda tomar decisiones de manera unilateral con respecto al Kremlin, por lo que, según el mandatario, se "entromete en la autoridad del presidente", por lo tanto "tienen serios defectos".

Desde que asumió el poder, el gobierno de Trump es acosado por denuncias de complicidad de su comité de campaña con Rusia en la campaña presidencial del año pasado para derrotar a la aspirante del partido Demócrata, Hillary Clinton.

El documento ha sido aprobado por mayoría abrumadora tanto en el Congreso como en el Senado, e incluye además otras sanciones a Corea del Norte y a Irán, dos pasíses que se han convertido en "oponentes" reconocidos de Trump desde su llegada a la Casa Blanca.

También permite al presidente estadounidense restringir las inversiones, ventas, alquileres o entregas de servicios y bienes para la construcción de gasoductos y oleoductos destinados a la exportación en proyectos con un valor de mercado de al menos un millón de dólares, o que cubran un período de 12 meses y tengan un valor agregado de más de 5 millones de dólares.

La ley norteamericana ha suscitado suspicacias en países europeos con intereses empresariales vinculados a Rusia, ya que no descarta sanciones contra las compañías que colaboren en proyectos energéticos como el Nord Stream 2, que prevé la instalación de tuberías de gas hasta Alemania con capacidad para transportar 55.000 millones de metros cúbicos de gas al año. Ante esto, la UE anunció posibles represalias.

La semana pasada, Rusia promulgó una orden para que Washington recorte su personal diplomático en el país. La medida implica que la plantilla diplomática, técnica y de apoyo de las misiones de Estados Unidos en Rusia se quedaría 455 personas, según informó el Ejecutivo ruso. Fruto de esta reducción, el Kremlin ya ha embargado una casa de campo y un almacén en Moscú propiedad de la Embajada estadounidense.

No se ha hecho esperar la reacción desde el Ministerio de Exteriores ruso. "Esta decisión confirma una vez más la agresividad extrema de EE UU en los asuntos internacionales", comentaron. Además, criticaron la postura "arrogante" de Trump con respecto a otros países.

Por otro lado, desde el Kremlin han asegurado que están "haciendo todo lo posible para normalizar las relaciones bilaterales". Es más, creen que las tiranteces pueden durar incluso décadas: "durante años la cooperación tendrá carácter selectivo", comentó el portavoz Dimitri Peskov.

Es más, ni siquiera entre el equipo de Trump tienen la seguridad de que estas nuevas sanciones "vayan a ser de ayuda" para restablecer unos vínculos fuertes con el Gobierno de Vladimir Putin, según explicó el secretario de Estado, Rex Tillerson.