González, que ha comparecido ante los medios de comunicación tras el anuncio del cierre de Garoña, ha asegurado que la decisión del Ministerio de Industria es una "excelente noticia", que implica la consecución de un objetivo por el que la sociedad alavesa "llevaba décadas peleando".

El diputado general de Álava se ha mostrado partidario de proceder a un desmantelamiento "rápido" de las instalaciones. Además, ha subrayado que es necesario "garantizar el futuro económico" de las localidades próximas a la central, incluidos los municipios alaveses que se encuentran en el ámbito de influencia de la misma.

Por ese motivo, ha advertido al Ministerio de Industria de que los localidades alavesas que se encuentren en ese radio de influencia, deben formar parte del plan de revitalización que se pueda poner en marcha tras el cierre de Garoña.

González ha rechazado pronunciarse sobre la posibilidad de que, una vez clausurada la planta, Garoña pueda albergar un cementerio de residuos nucleares. "Habrá tiempo de hablar de otras cuestiones", ha manifestado en relación a este asunto.

"TODOS LOS MOTIVOS"

El máximo responsable de la Diputación alavesa ha afirmado que el cierre definitivo de Garoña supone "el triunfo del sentido común", ya que existían "todos los motivos" para adoptar esta medida.

El diputado general ha destacado que es "un día para alegrarse", y ha explicado la clausura de Garoña era aconsejable por razones políticas (en referencia al rechazo de la mayoría del Congreso de los Diputados a la continuidad de la planta); así como por razones de seguridad (debido a la antigüedad de las instalaciones); y por una cuestión de "utilidad", dado el escaso peso de la aportación de Garoña al conjunto de la producción de energía eléctrica en el Estado.