Suele ocurrir al final del filme. Es una especie de justicia final: el villano de las películas de Disney suele morir, y lo hace, en la mayoría de los casos, de una misma manera: cayendo al vacío. Los ejemplos son numerosos: la bruja de Blancanieves, el gato Lucifer de La Cenicienta, el capitán Garfio en Peter Pan, Gaston de La Bella y la Bestia, Frollo de El Jorobado de Notre Dame, la madrastra de Rapunzel en Enredados, Scar en El Rey León (como paso previo a ser asesinado por las hienas y también como Mufasa), Clayton en Tarzán...
La página TV Tropes, especializada en categorizar tópicos del cine y la televisión, ha bautizado este estereotipo como 'La Muerte de Villano Disney'.
Según la web Slate, hay dos teorías que explican por qué la factoría Disney opta por este final para sus villanos. En primer lugar, con la caída al vacío del villano, la muerte de éste queda lo suficientemente clara como para no tener que mostrar su cadáver, una imagen que podría no ser apropiada para los niños.
En segundo lugar, el villano suele caer por accidente, lo cual le da a los guionistas la posibilidad de evitar que el héroe o heroína sea quien mate con sus manos o por sus medios al malo de la película.
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