Si del dato bruto se deducen los 289,29 euros recibidos de las Administraciones Públicas en concepto de subvenciones y deducciones, se obtiene un coste neto de 31.704,12 euros, con un descenso anual del 0,7%.

Los sueldos y salarios más las cotizaciones a la Seguridad Social constituyeron, conjuntamente, el 98,05% del coste laboral bruto.

Por otro lado, los sueldos y salarios brutos disminuyeron un 0,4% y los costes no salariales registraron un decrecimiento del 1,4%.

Además de los salarios y cotizaciones, 311,33 euros anuales se destinaron a beneficios sociales por trabajador (cotizaciones voluntarias a seguros y planes de pensiones, prestaciones complementarias a la Seguridad Social y gastos de carácter social), 36,30 euros a otros gastos derivados del trabajo (indemnizaciones por fin de contrato, pequeño utillaje y ropa de trabajo, transporte hasta el lugar de trabajo, selección de personal), 197,40 euros correspondieron a indemnizaciones por despido y 80,14 euros a formación profesional.

La tasa interanual del coste neto registra un decrecimiento del 0,7% frente al decrecimiento del 0,8% del año anterior, mientras que los sueldos y salarios decrecen un 0,4% frente al decrecimiento del 0,1% registrado en 2015.

La Comunidad Foral de Navarra ocupa la cuarta posición con un coste laboral neto de 31.704,12 euros por trabajador, por debajo de la Comunidad de Madrid (35.940,59 euros), País Vasco (35.264,74 euros) y Cataluña (32.139,31 euros).

Por sectores de actividad, el mayor coste laboral neto en 2016 en Navarra correspondió a la Industria, con un coste laboral neto de por trabajador y año de 38.599,27 euros, seguido de la Construcción (34.657,00 euros) y de los Servicios (28.443,02 euros).

Los Servicios registraron un descenso interanual del coste laboral neto del -1,1%, mientras que la Industria y Construcción registraron ascensos del 0,4% y 1,7%, respectivamente.

COSTE LABORAL SEGÚN EL TAMAÑO DE LA EMPRESA

Las empresas de mayor tamaño (con 200 o más trabajadores) pagaron mayores sueldos por trabajador que las empresas medianas y pequeñas (de 50 a 199 asalariados y de menos de 50, respectivamente). Por tanto, también las cotizaciones a la Seguridad Social de las primeras fueron mayores.

Las mayores subvenciones y deducciones por trabajador, en valor absoluto, las recibieron las empresas pequeñas, seguidas por las de tamaño medio.

Los beneficios sociales fueron significativamente mayores en los centros de mayor tamaño, mientras que los costes derivados del trabajo fueron superiores en los centros medianos.

De las partidas que componen el coste bruto (31.993,41 euros) destacaron los sueldos y salarios (23.591,70 euros) y las cotizaciones obligatorias a la Seguridad Social (7.776,54 euros) que comprenden entre ambas el 98,05% del coste laboral bruto.

Las cotizaciones voluntarias, que recogen las aportaciones del empleador a circuitos privados de seguros sociales u otras entidades de seguros al objeto de cubrir, mejorar o complementar las prestaciones establecidas por el sistema de Seguridad Social, ascendieron a 148,16 euros en media por trabajador, representando el 0,46% del coste bruto.

Los costes por prestaciones sociales directas, que son los pagos que la empresa abona directamente al trabajador o a su familia, o también al antiguo trabajador para asistirle en determinadas circunstancias y como complemento de determinadas prestaciones sociales, ascendieron a 147,05 euros por trabajador y año, lo que representó un 0,46% del coste bruto total.

Las indemnizaciones por despido ascendieron a 197,40 euros por trabajador considerando el total de trabajadores (no sólo los trabajadores despedidos), representando el 0,62% del coste laboral bruto.

En concepto de formación profesional se gastaron 80,14 euros por trabajador, el 0,25% del total.

La mayor parte de los centros (89,0%) y sus trabajadores (82,4%) en Navarra estuvieron regulados por convenios colectivos en el año 2016, siendo el ámbito con mayor proporción el correspondiente a convenios de la propia comunidad autónoma.

Del total de trabajadores, un 2,4% vieron modificadas sus condiciones de trabajo respecto a lo que se establecía en el convenio colectivo de referencia.