Los cuidados empiezan por el exterior

  • El propietario de una casa debe ocuparse de que elementos como las aceras o los árboles estén en buen estado.
  • Si tenemos jardín hay algunas cosas que debemos saber para evitar cualquier problema con los vecinos.
El cuidado y el mantenimiento de los árboles de un jardín son responsabilidad del propietario.
El cuidado y el mantenimiento de los árboles de un jardín son responsabilidad del propietario.
El cuidado y el mantenimiento de los árboles de un jardín son responsabilidad del propietario.

Las responsabilidades de un propietario no acaban en la puerta de su casa. Si tenemos jardín, por pequeño que sea, hay algunas cosas que debemos saber para evitar cualquier problema con los vecinos y para asegurarnos de que estamos cumpliendo la ley. No conocerla no nos exime de su cumplimiento.

A quién corresponde el mantenimiento de las aceras es un asunto que suele estar perfectamente especificado en las ordenanzas municipales que, generalmente, establecen que el dueño de una propiedad es el responsable de la seguridad de los que transitan por las aceras adyacentes.

Por ello, si éstas se encuentran deterioradas, es deber del propietario de la finca informar a las autoridades municipales para que procedan a su reparación.

Sin embargo, hay que recordar que si el propietario es responsable, en alguna medida, de que se haya producido ese deterioro, es posible que tenga que costear total o parcialmente los gastos de la reparación.

Límites vecinales

Si el tronco de un árbol se halla en nuestro jardín, nosotros somos responsables de su cuidado y mantenimiento. Si está en el borde entre nuestra propiedad y la del vecino, entonces compartimos la responsabilidad con él.

Si las ramas del árbol del vecino cuelgan sobre nuestro terreno y pueden ser un peligro, tenemos derecho a cortarlas hasta el límite de nuestro jardín, pero debemos hacerlo desde nuestro propio terreno, a no ser que él nos lo permita expresamente.

Lo mismo se aplica a las raíces, aunque este asunto entraña más riesgos, pues cortar indiscriminadamente las raíces de un árbol puede acabar con él. O también puede provocar su caída, con el consiguiente peligro de accidente para los transeúntes.

La práctica indica que siempre es mejor llegar a un acuerdo con nuestros vecinos en estos asuntos y encargar estos trabajos a personal especializado.

El vallado de la finca

La responsabilidad en cuanto al vallado de nuestra finca es más clara que la que se refiere a árboles y ramas, ya que no hay vallas que invadan otro espacio.

Si la valla está íntegramente en nuestra propiedad, la responsabilidad es sólo nuestra. Si divide nuestro terreno y el de un vecino, compartiremos con él las responsabilidades y los gastos de mantenimiento.

Además, ninguno de los dos puede quitar la valla sin permiso del otro. Existen normas municipales sobre la altura y colocación de las vallas divisorias.

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