Sabanas, selvas y playas: de 'safari' por los tesoros de Kenia

  • En Kenia se disfruta del mayor espectáculo de vida salvaje sobre la tierra.
  • Cerca del 10% de la superficie del país es terreno protegido.
  • El país presume por ser guardián de más de 80 especies de animales.
Ñus en la reserva de Maasai Mara.
Ñus en la reserva de Maasai Mara.
FLICKR/AnSchieber
Ñus en la reserva de Maasai Mara.

Lugar de sabanas doradas, praderas onduladas, selvas y planicies volcánicas, Kenia se eleva desde las idílicas costas del Océano índico hasta las cimas coronadas de nieve del Monte Kenia. Las opciones de este país africano son infinitas y por eso es fácil dejarse atrapar por su magia. Safari significa viaje en swahili y es precisamente en Kenia donde su acuñó esta vieja palabra. Además de los tradicionales safaris en vehículos 4x4 o en camiones, el turista podrá montar a los lomos de un camello o divisar los infinitos paisajes desde el aire subido a un globo.

Kenia cuenta con una riqueza única. En los santuarios de sus 56 parques nacionales y reservas, el país da cobijo a algunas de las especies de animales y vegetales más antiguas y diversas de la Tierra. Kenia presume por ser guardiana de más de 80 especies de animales, desde los "cinco grandes" (el búfalo, el elefante, el rinoceronte, el león y el leopardo) hasta los "cinco pequeños" y por ser el paraíso de los ornitólogos. Además, es una de las capitales del mundo en el ámbito de las aves, es el cuarto del mundo con mayor número de especies de aves, más de 1.137.

En este país se puede disfrutar además del mayor espectáculo de vida salvaje sobre la tierra. La mayor migración anual de dos millones de ñus junto a una suma considerable de gacelas y cebras desde el Serengeti hasta las planicies de Masai Mara en Kenia, es un espectáculo único e imperdible de la naturaleza que lleva realizándose desde tiempos inmemoriales.

Las reservas y parques de Kenia se encuentran entre las mejores de África y cerca del 10% de la superficie del país es terreno protegido. Masai Mara, Amboseli, Tsavo y Samburu pero también Kenia cuenta con otras joyas que el viajero agradecerá conocer.  Desde los frondosos bosques de los Aberdares hasta las cimas del Monte Kenia, pasando por Hell's Gate cada uno de ellos es único.

Además es un museo viviente. Del antiguo arte de la construcción de barcos, los dhows son las embarcaciones más antiguas que surcan los mares con las velas desplegadas. Su existencia es un auténtico museo viviente. Los dhows han trasladado a monos, pavos reales tan preciados por el Rey Salomón. Se dice que también transportaron el incienso y la mirra ofrecidos por los Reyes Magos, y los leopardos, leones y eunucos tan ansiados por los romanos.

Su faceta menos conocida es la de sus playas. Kenia cuenta con más de 500 kilómetros de playas que miran al turquesa Océano Índico, playas desiertas de infinita arena blanca y fondos marinos de gran belleza. Es además uno de los pocos destinos en los que puede practicarse una amplia variedad de deportes acuáticos como el buceo o el snorkel en una de las barreas de coral más bellas del mundo.

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