El local del antiguo bar 'Masters', que ocupaba un bajo en el edificio siniestrado en el número 57 de la calle del Sol de Santander y que iba a ser reabierto como otro bar de copas, realizó obras que excedieron las dos licencias que tenían concedidas, de obra menor, y sin esperar a que se aprobara la de obra mayor que había solicitado y que aún estaba en tramitación.

Esto llevó a que se decretara una orden de paralización de las obras que, posteriormente, se levantó cuando el permiso de obra mayor que se estaba tramitando se concedió, según ha explicado el concejal de Infraestructuras, Urbanismo y Vivienda del Ayuntamiento de la capital cántabra, César Díaz. En todo caso, el edil ha asegurado que "en ningún caso" la licencia de obra mayor preveía que se actuara en elementos estructurales.

El concejal ha señalado que no ha podido confirmar si el local paró o no las obras en ese periodo entre que se notificó la orden de paralización y se concedió la licencia de obra mayor. En relación a este asunto, Díaz ha señalado que los vecinos interpretan que "la obra nunca estuvo paralizada".

En declaraciones realizadas a los medios de comunicación, Díaz ha reconocido que "es cierto" que había habido quejas de los vecinos del inmueble que se ha desplomado al Ayuntamiento por las obras que se estaban realizando en el local, y a la que éstos achacan lo ocurrido este miércoles. Ha relatado que, según consta, el 2 de junio los vecinos registraron en el Ayuntamiento un escrito en el que advirtieron de que la obra en ese local no se estaba ejecutando, a su juicio, correctamente.

El Ayuntamiento, por su parte, no ha confirmado el origen de lo ocurrido y se ha comprometido con los vecinos a investigar lo ocurrido y es "consciente", según Díaz, de que habrá un proceso en este asunto "para depurar responsabilidades".

Díaz ha explicado que una vez que esta mañana los vecinos alertaron a los Bomberos de Santander de la aparición de grietas, lo que llevó a efectivos de ese Cuerpo municipal a personarse en el lugar para comprobar los daños que presentaba el edificio.

El jefe de los Bomberos municipales, que es arquitecto, realizó una valoración del estado del edificio y decidió el desalojo provisional.

En dicho informe, en el que el jefe de Bomberos ya dejó constancia de las obras de dicho local, se alerta de "patologías estructurales graves" y de que el "origen" de estas "patologías" parece estar en el muro de carga de la fachada oeste, que es la que finalmente se derrumbó.

Sobre las 16.00 horas se estableció un operativo para que los vecinos, de "uno en uno" y acompañados de Bomberos y de técnicos municipales pudieran acceder a las viviendas para recoger algunos enseres de urgencia.

Díaz ha explicado que el Ayuntamiento ha puesto en marcha "un procedimiento de urgencia" para poder limpiar, desescombrar y "tratar de llevar a la máxima normalidad posible el edificio después del derrumbe".   El edil ha explicado que es un trabajo "muy delicado" y que "habrá que hacer con mucho cuidado" dado que la parte del edificio que se ha desplomado está aún en una "situación bastante inestable".

La alcaldesa Gema Igual, cuestionada por el futuro del edificio -si podrá ser reconstruido o tendrá que ser derribado-, ha insistido en "no aventurar lo que no sabemos".

"Es imposible saber hoy lo que va a suceder", ha dicho la regidora, quien ha insistido en que ahora hay que "valorar cómo está el edificio", algo que "no se hace en una tarde", sino que para ello se requiere "revisar" y "tener informes".

Lo que sí ha asegurado que desde el Consistorio se va a intentar que la "desgracia" que han sufrido los vecinos y el "mal trago" que tienen que pasar por lo ocurrido con sus casas "pueda ser lo menos malo posible" y sientan que el Ayuntamiento se va a "preocupar" por lo que les ha pasado.

"Hemos venido a estar con los vecinos; a prestarles el apoyo y hemos venido a poner soluciones, independientemente de las responsabilidades", ha señalado la alcaldesa.