El local en reforma en el edificio siniestrado en Santander ejecutó obras que excedían las licencias concedidas

  • El local del antiguo bar 'Masters', que ocupaba un bajo en el edificio siniestrado en la calle del Sol de Santander y que iba a ser reabierto como otro bar de copas, realizó obras que excedieron las dos licencias que tenían concedidas, de obra menor, y sin esperar a que se aprobara la de obra mayor que había solicitado y que aún estaba en tramitación.

Esto llevó a que se decretara una orden de paralización de las obras que, posteriormente, se levantó cuando el permiso de obra mayor que se estaba tramitando se concedió, según ha explicado el concejal de Infraestructuras, Urbanismo y Vivienda del Ayuntamiento de la capital cántabra, César Díaz.

En declaraciones realizadas a los medios de comunicación, Díaz ha reconocido que "es cierto" que había habido quejas de los vecinos del inmueble que se ha desplomado al Ayuntamiento por las obras que se estaban realizando en el local, y a la que éstos achacan lo ocurrido este miércoles.

El Ayuntamiento, por su parte, no ha confirmado el origen de lo ocurrido y se ha comprometido con los vecinos a investigar lo ocurrido y es "consciente", según Díaz, de que habrá un proceso en este asunto "para depurar responsabilidades".

Ha relatado que, según consta, el 2 de junio los vecinos registraron en el Ayuntamiento un escrito en el que advirtieron de que la obra en ese local no se estaba ejecutando, a su juicio, correctamente.

Con motivo de ello, se llevó a cabo una inspección municipal en el local en el que se constató que algunas de las obras que se estaban ejecutando no estaban cubiertas por las dos licencias de obra menor que tenía aprobadas y así se recogió en un informe del 15 de junio.

Se comprobó también que el local había solicitado una licencia de obra mayor para el acondicionamiento y el cambio de carpintería que estaba en tramitación y que sí cubriría las obras que se estaban ejecutando y que excedían las dos licencias menores.

Al comprobar que la licencia de obra mayor no se había concedido aún, se decretó una orden de paralización de las obras, que fue levantada cuando se concedió finalmente el permiso el 23 de junio.

Díaz no ha podido confirmar si el local paró o no las obras en ese periodo entre que se notificó la orden de paralización y se concedió la licencia de obra mayor.

En todo caso, el edil ha asegurado que "en ningún caso" la licencia de obra mayor preveía que se actuara en elementos estructurales.

Ahora, el concejal ha explicado que lo que habrá que estudiar es si finalmente se realizaron trabajos que excedieron también esta licencia de obra mayor, con las responsabilidades que ello podría conllevar.

Díaz ha explicado que una vez que esta mañana los vecinos alertaron a los Bomberos de Santander de la aparición de grietas, lo que llevó a efectivos de ese Cuerpo municipal a personarse en el lugar para comprobar los daños que presentaba el edificio.

El jefe de los Bomberos municipales, que es arquitecto, realizó una valoración del estado del edificio y decidió el desalojo provisional.

En dicho informe, en el que el jefe de Bomberos ya dejó constancia, según ha explicado Díaz, de las obras de dicho local, se alerta de "patologías estructurales graves" que hacen necesario mantener el desalojo.

Según dicho informe, el "origen" de estas "patologías" parece estar en el muro de carga de la fachada oeste, que es la que finalmente se derrumbó esta tarde. Dicho muro de carga no está a la vista pues tiene un "revestimiento" que habrá que retirar.

Tras el informe del jefe de Bomberos en el que se determinaba que debía continuar vacío el edificio -se había desalojado por la mañana-, se activó el protocolo de los Servicios Sociales para atender las necesidades de los vecinos.

Sobre las 16.00 horas se estableció un operativo para que los vecinos, de "uno en uno" y acompañados de Bomberos y de técnicos municipales pudieran acceder a las viviendas para recoger algunos enseres de urgencia.

A la par, los Bomberos pusieron en marcha un protocolo para detectar cualquier variación en el edificio y alertar del posibles riesgos mientras los vecinos sacaban sus enseres.

La "profesionalidad" de los Bomberos fue la que, según Díaz, permitió detectar el riesgo de derrumbe y sacar a quienes en un momento determinado estaban recogiendo sus cosas, lo que hizo que cuando la fachada se desplomó sobre las 18.00 horas el edificio estuviera vacío y no haya habido que lamentar heridos o fallecidos.

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