La polémica vino cuando el magistrado prohibió que los dos acusados, Jaume Roura y Enric Stern, declarasen en catalán y la sesión se tuvo que suspender unos minutos. Al final, los dos jóvenes se expresaron en catalán, ratificando que quemaron las fotos, pero no había traductor en la sala, lo que provocó las protestas del abogado de los chicos. De hecho, en otros juicios en la Audiencia Nacional ha habido traductor de catalán y euskera.

Los jóvenes fueron identificados por los Mossos d’Esquadra. Los dos justificaron su acción como «un acto comprendido en la libertad de expresión y con el que pretendían mostrar su rechazo a la monarquía», según su abogado, Benet Salellas. El fiscal considera que lo hicieron para «dañar el prestigio» del Rey. Más de un centenar de personas viajaron a Madrid para dar su apoyo a los dos jóvenes.

Anoche, 60 personas quemaron fotos del Rey, de Franco y sendas banderas española y francesa en una manifestación ilegal en plaza de España.