Bernard Thibault, secretario general de la CGT, ha asegurado que "más de 700.000 personas", la mayoría funcionarios, se han manifestado en toda Francia. La cifra que aporta la policía es menor: unos 375.000 manifestantes. También han participado muchos estudiantes, que rechazan la ley de autonomía de las universidades.

Las marchas han coincidido con la séptima jornada de huelga de transportes en Francia, y también ha sido el día más conflictivo de Sarkozy en sus seis meses en la Presidencia. Además, hoy tampoco han salido a la calle los periódicos por la huelga de la empresa que los distribuye.

En medio de toda esta conflictividad, el presidente francés ha roto su silencio pero se ha mostrado firme. En un discurso ante la Asociación de Alcaldes de Francia, el jefe del Estado ha asegurado: "No cederemos y no daremos marcha atrás". Sarkozy ha insistido en que "se hará" la reforma de los regímenes especiales de pensiones. El Gobierno planea sustituir sólo a la mitad de los funcionarios que se jubilen en los próximos años para ahorrar dinero con el que reducir el déficit público.

A los trabajadores en huelga de la empresa nacional de ferrocarriles, SNCF, y de la de transporte urbano de París, Sarkozy les dijo que "hay que saber terminar una huelga cuando se abre el tiempo de la negociación", en alusión a las primeras reuniones previstas para el miércoles en las empresas.

"Cada cual debe preguntarse sobre la continuación de una huelga que ya ha costado tan caro a los usuarios, que no deben ser tomados como rehenes de un conflicto que no les concierne" y que están "exasperados", agregó.

También anunció que en unos días tomará "iniciativas para responder a la cuestión angustiosa" del poder adquisitivo, el crecimiento y el empleo".