Mientras la "ayuda en origen" prometida por Europa llega a los países africanos, los migrantes siguen arriesgando la vida en el Mediterráneo. Hasta el 1 de julio, 5.800 personas fueron rescatadas en la ruta occidental, la correspondiente a aguas de soberanía española, una cifra que supone un 140% más (prácticamente dos veces y media) que en los seis primeros meses del año pasado, de acuerdo a los datos facilitados a 20minutos por Salvamento Marítimo.

Estos casi 6.000 hombres, mujeres y niños llegaron en 303 pateras, el doble que las 152 registradas un año antes, y se dirigieron, en su inmensa mayoría, a las zonas de Almería y de Tarifa, cuyos centros de coordinación de salvamento (CCS) prestaron ayuda al 97% de todos los rescatados.

Esta concentración alrededor del Estrecho y el Mar de Alborán ha provocado situaciones de "colapso" en los servicios sanitarios y los juzgados provinciales por la falta de instalaciones para acoger de forma temporal a los recién desembarcados, antes de iniciar los trámites de expulsión, según advirtieron a este diario fuentes sindicales. Un ejemplo de esa carestía fueron las horas que pasó a la intemperie el grupo de 163 marroquíes (de ellos, 50 niños y 9 mujeres), que fueron desembarcados en el Puerto de Barbate por las Salvamar Gadir y Arcturus el 7 de julio.

Fuentes policiales atribuyen este incremento de pateras a la mejora de la seguridad en las vallas fronterizas de Ceuta y Melilla y a la colaboración con Marruecos, que, a pesar de todo, no duda en "tensar la cuerda" con España y relajar la vigilancia cuando desea aplicar "presión diplomática", según miembros de la Guardia Civil, responsable de vigilar ambos perímetros.

Las cuchillas (concertinas) que el Ministerio del Interior ha extendido a lo largo de la defensa, la instalación de la malla antitrepa y la represión que los mehanis marroquíes ejercen sobre los campamentos de subsaharianos que intentan acceder a suelo español han provocado, por ejemplo, que Melilla registre solo cinco saltos a la valla en los primeros seis meses, frente a los 23 anotados en todo el año anterior. En total, 134 ciudadanos subsaharianos han accedido a la ciudad, por los 306 de 2016. La cifra actual sería mucho menor de haberse frustrado el salto que tuvo lugar el 9 de mayo, durante el que llegaron a ingresar 110 personas.

El aumento de pateras en España constituye, junto al caso de Italia (un 26% más), una excepción a nivel europeo. Los últimos datos de la agencia europea de control de fronteras Frontex (que no incluyen el mes de junio) reflejan un descenso del 75% en el número de cruces irregulares, con 27.000 frente a los 84.000 contabilizados doce meses antes.

Frontex asegura que tres de cada cuatro migrantes que llegan a Europa lo hacen a través de Italia, siendo los nacidos en Nigeria, Bangladesh y Costa de Marfil los que representan la mayoría de los ingresos en la zona del Mediterráneo central. Las islas griegas, en la zona occidental, recibieron a 9.900 migrantes, un 94% menos, siendo los sirios y los iraquíes quienes más optan por esta salida en su huída del Daesh o del régimen de Barchar al Asad.

El organismo constata, por último, una caída "significativa" –pero a la que no pone números– a través de las fronteras terrestres hacia los Balcanes Occidentales, que atribuye a que cada vez menos personas usan el paso de Turquía para dirigirse hacia Bulgaria, Serbia, Hungría o Rumanía en su camino hacia la UE.

Los estados miembros de la ONU se reunirán el 19 de septiembre en la Cumbre de las Naciones Unidas sobre Refugiados y Migrantes. La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (Cear) ha exido a la Unión que cree vías seguras para aquellos que buscan ayuda en España y Europa.