El pasado lunes, Heidi McKinney, una mujer de Oregon (EE UU), ha sido condenada a ocho meses de arresto domiciliario y a tres años de libertad condicional por haber acosado a una pasajera de 19 años en un avión de Alaska Airlines.
La mujer, de 27 años, insistió en hacerle fotos a la joven a pesar de sus protestas. Cuando el avión despegó, McKinney ofreció alcohol a la joven, de una botella que había introducido clandestinamente en el avión. McKinney lanzó la botella encima de la joven, cuando esta se negó a beber.
Tras este primer incidente, la mujer sometió a la joven a bromas lascivas y degradantes y empezó a tocarla. McKinney llegó a larmerle la oreja, colocó su mano en la entrepierna de la víctima varias veces, y obligó a la joven a tocar sus pechos.
McKinney fue alejada de la joven por el personal del avión cuando decidió subirse encima de ella diciéndole que quería mantener relaciones sexuales.
McKinney no ha querido hablar ante la corte federal, pero escribió una carta de disculpa a la joven a la que agredió verbal y físicamente.
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