Los accidentes de tráfico narrados en primera persona para los jóvenes

Por un policía, un bombero, un joven parapléjico...  Cada vez que Luis, Policía Local, acude a un accidente se le graba en la memoria la melodía del móvil que no cesa de sonar.

Suele ser la madre o la novia del joven que acaba de fallecer en la carretera. Javier, bombero, odia utilizar la cizalla, capaz de cortar un coche como un abrelatas. Sufre al recordar el día en que tuvo que cortarle la pierna a un chico atrapado. Alfonso, del 061, asistió este fin de semana a un joven que se le desprendió el brazo: en su mano llevaba un porro. A María, médico, se le rompe el alma cada vez que comunica a unos padres que su hijo no volverá a andar. Toni, joven parapléjico, nunca olvidará aquel viernes que su coche chocó con un árbol y su vida cambió para siempre.

Son historias reales, lecciones de educación vial que ayer recibieron 2.400 jóvenes. 123 personas fallecieron en las carreteras sevillanas en 2006, según la DGT.

Espectadores impresionados

Carolina Rodríguez. 20 años

«Me ha impresionado mucho el acto. Me quedo con el mensaje del chaval en la silla de ruedas que sufrió un accidente de tráfico y el del policía local. Creo que lo que aquí hemos escuchado sí que nos servirá».

María de los Ángeles González. 19 años.

«Me ha emocionado mucho todo lo que he escuchado. He llorado. Me quedo con el testimonio del bombero que ha enseñado la cizalla, instrumento con el que rescatan a las personas de los amasijos».

Cristina Sánchez. 17 años.

«Este tipo de actos sobre educación vial creo que están muy bien. Ayudan a prevenir los accidentes de tráfico y nos hacen reflexionar que esto nos puede pasar a cualquiera, algo que no pensamos cuando salimos de fiesta».

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