La décima edición de "Mi Casa", cerró el domingo sus puertas a nueve días de exposición sobre el mundo del hogar. De esta vez, no hubo las aglomeraciones de público que hasta hace unos años eran tan habituales en el certamen, hasta el punto de que los organizadores tuvieron que cerrar las puertas en algún caso, pero los visitantes si fueron con la intención de comprar.

En esta acto de clausura de "Mi Casa" contaron con la presencia de la Conselleira de Vivenda e Solo María Teresa Táboas, que acompañada del alcalde de Ourense, Francisco Rodríguez, valoraron muy positivamente la celebración de la edición de este año, en cuanto el volumen de negocio y por su importancia en el noroeste peninsular.

De distintas maneras, los diferentes stands intentaban atraer clientes, algunos incluso ofrecían obsequios como cestas de navidad, televisores o bicicletas. Algunos comerciantes, no buscaban tanto la venta, sino el contacto con nuevos clientes. Además, las posteriores compras de estos nuevos clientes se harán con las condiciones establecidas durante la feria y podrán disfrutar de ellas en el plazo máximo de un mes.

Opciones de venta

De forma paralela al certamen de hogar se organizó, por primera vez, el Salón Inmobiliario. En este caso según señaló Santiago Ferreiro, de la promotora de Belo Horizonte "Lo más importante es establecer contactos, aunque no se cierran, pero se acuerdan opciones de venta", que era una de las pocas que ofrecía descuento por comprar en la feria sobre 3.000 euros.

Otros se manifestaban claramente descontento con la escasez de público, como los comerciales de Marina D'Or. "Sí estamos contentos con la organización, pero no con el público", explica Miguel Suárez, que indica que los contactos establecidos en el certamen ourensano rondan el 15% de la media en ferias similares.

Entre los que sí se interesaron, predominan las parejas de entre 30 y 65 años, que preguntaron por Marina D'Or. Aunque también alguno se informó sobre las promociones en el extranjero en países como Marruecos, Bulgaria, Brasil o Egipto, con precios desde 40.000 euros, y que se observan desde un afán inversor, pues Suárez asegura que en un año se pueden revalorizar de hasta un 50%.

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