No es el suministrador oficial del agente 007, pero en la Tienda del Espía se pueden encontrar los artículos más insólitos para conseguir ver y escuchar lo que de otro modo no se podría.

Por ejemplo, si una está interesada en averiguar si su pareja le pone los cuernos, sólo tiene que comprar el test de la infidelidad (125 euros). Son unos polvos que detectan el semen en las primeras 48 horas tras la eyaculación. "Se echan sobre alguna mancha sospechosa que veamos en la ropa de nuestra pareja y si en 15 segundos se vuelve verde, es que la mancha es semen", comenta Ana María Paya, una de las dueñas.

Cámaras en bolígrafos o en gafas, localizadores de personas, transmisores y grabadoras ocultas en relojes son otros de los artículos que se pueden adquirir en este establecimiento.

Los clientes

"Viene todo tipo de gente, de 30 a 60 años. Desde empresarios que quieren vigilar su negocio hasta escoltas y vigilantes de discotecas, pasando por padres que controlan a sus hijos colocándoles un localizador en la mochila", asegura Ana María.

Los precios son bastante elevados, el transmisor más moderno ronda los 1.000 euros; el boli con minicámara, 800 euros, y las cámaras espía, de 380 a 1.000.