Este postergamiento voluntario de la maternidad se nota en que, cada vez más, aseguren sus ovocitos para más adelante. En lo que llevamos de año, un centenar ha acudido a las cuatro clínicas de fertilidad de la ciudad para congelar sus ovocitos, según datos facilitados por estos centros.

«Se trata de mujeres jóvenes, universitarias o mayormente profesionales jóvenes que están tratando de labrarse su futuro y que quieren aparcar la maternidad, pero sin correr riesgos», analiza el director de Instituto Valenciano de Fertilidad en Alicante, Manuel Muñoz.

«Lo que están haciendo es anticiparse y contratar un seguro de maternidad de cara al futuro, porque si congelan sus ovocitos a los 30 años y lo descongelan a los 40, tendrán las mismas posibilidades de quedarse embarazadas», asegura.

La ginecóloga Lidia Luque, del departamento de inseminación artificial del Instituto Bernabéu, está de acuerdo y dice que la congelación permite preservar la fertilidad, no sólo en casos de enfermedad (pacientes que sufren un cáncer de mama o de útero) sino para aplazar la gestación.

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