Muchos empiezan, pero muy pocos sobreviven. Así se puede resumir la situación actual de los emprendedores andaluces. Un informe realizado por la Asociación de Jóvenes Empresarios de Andalucía (AJE-A) señala que el 80% del tejido productivo de la comunidad cierra sus puertas en sus cinco primeros años de vida.

El sector servicios es el más importante de la región, tanto en número de compañías como de empleo. Por este motivo, el estudio destaca que esta escasa esperanza de vida se da en mayor medida en actividades como la hostelería y el turismo.

Cabe preguntarse cuáles son las razones que explican esta elevada mortandad de las firmas andaluzas. AJE-A da respuesta a estos interrogantes con una serie de argumentos que justifican esta realidad. Entre los mismos están el escaso apoyo de las instituciones, la ausencia de fuentes de financiación, los numerosos controles gubernamentales y la alta presión fiscal que sufren.

También es cierto que el 95% del tejido industrial de la región es una pyme, lo que quiere decir que sus plantillas de empleados no superan las diez personas. «Esto impide la competitividad en los mercados globales», aseguran desde AJE-A.

Desde esta organización patronal se reclama a las administraciones más medidas para mejorar la situación actual de los emprendedores. Las actuaciones que recomiendan son la generación de más suelo industrial, la eliminación de la excesiva burocracia, la creación de nuevas ayudas y la promoción del autoempleo en los centros educativos.

La mayoría, por vocación

En el estudio de AJE-A se les pregunta a varios emprendedores las razones que les han llevado a embarcarse en la aventura de crear su propia empresa. Llama la atención que casi el 42% aduce que lo ha hecho por vocación, mientras que sólo un 13% asegura que su firma es una herencia familiar y el 9% confiesa que se ha hecho empresario como alternativa al desempleo. En cuanto a la formación, dos tercios de los emprendedores han superado los estudios universitarios.