En un comunicado, la organización recomienda "no dejarse llevar por impulsos y evitar ir de compras como forma de ocio", comparar los productos entre diferentes tipos de establecimientos y realizar un consumo moderado de las compras con tarjeta de crédito.

Además, recuerda a los consumidores que al adquirir un artículo, esté o no en rebajas, existe la obligación de poder cambiarlo o pedir la devolución del dinero siempre y cuando se encuentre defectuoso o deteriorado o cuando desde el propio comercio así se publicite. Por lo tanto, "es conveniente informarse previamente de los plazos y condiciones de la devolución".

Destaca también que en las rebajas debe aparecer en el artículo el precio anterior y el rebajado, así como el porcentaje de descuento, para que el consumidor pueda comparar precios y sea consciente de la diferencia económica si decide adquirir el producto. Los elementos con taras, desfasados o con deterioros deberán identificarse como saldos.

Además, las fechas de inicio y fin del periodo de rebajas deberán estar visiblemente colocadas en el establecimiento, que también deberá señalizar y separar con claridad los productos que están rebajados en su comercio de los de nueva temporada.

Respecto a las formas de pago, el consumidor podrá abonar el importe de sus compras de la misma manera que el establecimiento establezca el resto del año, a no ser que se informe de manera específica, en lugar visible y claramente, de lo contrario.

Asimismo, tampoco se podrá obligar al cliente a pagar un recargo por pagar con tarjeta en el periodo de rebajas. En las devoluciones, si el pago se realizó con tarjeta, la reposición se le hará en tarjeta, mientras que si se abonó al contado la devolución será igualmente al contado.

Además, el comprador no debe olvidar exigir y guardar el ticket de compra por si surge algún problema, e incluso podrá serle muy útil conservar la publicidad, ya que tiene valor contractual.

En las compras online, el plazo para poder devolver el producto adquirido es de 14 días naturales, debiéndose tener en cuenta los posibles gastos accesorios que podría tener que abonar el consumidor por dicha devolución, unos gastos que deben venir reflejados en las condiciones de compra del producto.