El joven acudió a Comisaría a denunciar el supuesto hecho, cuando los agentes que recibieron la denuncia le advirtieron de las posibles consecuencias que tiene la presentación de una falsa, han informado a Europa Press fuentes policiales.
Dos días más tarde, tras recapacitar sobre la interposición de dicha denuncia, el joven volvió de nuevo a la Comisaría a retirar la misma, reconociendo que lo que realmente había ocurrido es que había perdido el teléfono y la cartera.
El individuo indicó que fue mal aconsejado, ya que le dijeron que denunciando un robo con violencia podría recuperar el valor de lo perdido y también para evitar la bronca de sus padres ya que el teléfono tenía muy poco tiempo.
La Policía Ncional ha advertido de las consecuencias y responsabilidades en las que se incurre con este tipo de denuncias en las que ciudadanos, mal asesorados por terceras personas, pretenden obtener una indemnización del seguro o encubrir los padres o familiares, negligencias o descuidos.
La presentación de una denuncia falsa puede suponer la pena de prisión de hasta tres años y un perjuicio económico de hasta los 6.000 euros, además de generar antecedentes procesales, que pueden limitar durante varios años, el poder acceder a un puesto de trabajo en la Administración Pública.
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