Los cines más asombrosos, originales o lujosos del mundo

  • El Grand Rex de París, el Teatro Chino de Grauman en Hollywood o el Garden Theater de Toronto son algunos de los cines más increíbles.
  • También destacan el Phenomena Experience en Barcelona o la Cineteca del Matadero de Madrid.
El Grand Rex de París abrió sus puertas en 1932. Al aire libre, suntuoso y con gran capacidad (2.800 asientos). El gobierno francés lo declaró Monumento Nacional.
El Grand Rex de París abrió sus puertas en 1932. Al aire libre, suntuoso y con gran capacidad (2.800 asientos). El gobierno francés lo declaró Monumento Nacional.
Grand Rex
El Grand Rex de París abrió sus puertas en 1932. Al aire libre, suntuoso y con gran capacidad (2.800 asientos). El gobierno francés lo declaró Monumento Nacional.

Todo aquel que haya visto el clásico Tiburón (Jaws, 1975) lo habrá hecho desde el confort, y la seguridad, de una butaca sea la del cine o en casa. Sin embargo, la cadena norteamericana Alamo Drafthouse Cinema propone en verano otra forma más inquietante, sumergidos en el medio natural de la película de Spielberg, el agua. Acomodados, es un decir, entre neumáticos flotando en el lago Travis de Austin, Texas, y con la inquietud de lo que no vemos y puede esconderse bajo las aguas. La mandíbula del enorme escualo nunca había sido tan terrorífica vista en la gran pantalla.

Sea en proyecciones al aire libre o en interiores, las salas de cine aún son el espacio idóneo para disfrutar de toda la magnitud de la imagen y el sonido de una película. Incluso a tener en cuenta si viajan al extranjero. Algunos cines son emblemáticos. Histórico es el hollywoodiense Teatro Chino de Grauman por el que, además de millones de espectadores desde que abriera sus puertas en 1927, han pasado famosos actores y directores.

El término "lujo asiático" cobra aún más sentido con las salas equipadas tanto de los más actuales equipos de sonido y proyección como de amplias butacas en los Orange Cinema en Beijing (China), o los de la cadena Paragon y el Nokia Ultra Screen en Bangkok (Tailandia). Poltronas espaciosas y confortables y en algunos casos, y por increíble que parezca, con camas en lugar de butacas. Uno puede echarse una cabezadita o dormir plácidamente si la película no engancha.

Tampoco atrás se quedan los Cinépolis Luxury en Estados Unidos o los Blitz Megapletz de Yakarta (Indonesia). Los fastuosos Ciné de Chef en Seúl (Corea del Sur) van más allá y las tradicionales palomitas han sido sustituidas con la posibilidad de redondear la propuesta con exquisitas, y carísimas, degustaciones gastronómicas.

Serían más convencionales si no fuera por su espléndida decoración. Son maravillas arquitectónicas, también por su valor histórico, los cines Urania o Pushkin en Budapest; los Paramount o Fox Theater en Estados Unidos; el encanto añejo, dotados de lamparillas en el patio de butacas, del Electric Cinema situado en el barrio de Noting Hill de Londres; el Museum Lichtspiele de Múnich o el edificio de La Cinémathèque française y su arquitectura a base de vitrinas de cristal, metales y maderas tradicionales.

Dignos de admiración son igualmente el Orinda Theater, en California, inaugurado en 1941, con una irresistible decoración vintage; o el asombroso The Elgin and Winter Garden Theatre de Toronto con el techo decorado como si se tratara de un fastuoso jardín. Y Disney, siempre dispuesta a transportarnos a mundos de ensueño, nos ofrece una recreación de los tradicionales autocines de los años 50 en el Sci-fi Dine-in Theater en su parque temático de Orlando, Florida.

Santuarios cinéfilos y marcos incomparables al aire libre

Más que una sala de cine, un santuario de peregrinación cinéfila es el Phenomea Experience de Barcelona, inaugurado en diciembre de 2014. "Un cine como los de antes" pero dotado de lo último en tecnología y confort, y una programación que combina los estrenos más actuales con los clásicos, sobre todo de los 70 y 80. Es capaz de fascinarnos ya desde los mismos carteles de películas, de Indiana Jones o Alien, que adornan su vestíbulo. Un viaje al pasado en el presente.

Reconocida a nivel internacional es la decoración realmente única de la Cineteca de Madrid, en el Matadero, con largas mangueras de luces y mimbres. Es también la única sala del país dedicada casi exclusivamente al cine documental. Dos salas, hemeroteca visual y un plató de rodaje. Su reforma terminó en 2011.

Fuera de las cuatro paredes, el exterior ofrece marcos incomparables como el anfiteatro romano de más de 2.000 años de antigüedad de Pula, conocido como el Pula Arena, en Croacia. Los típcios parajes rocosos del Oeste, en plena naturaleza, son el escenario de Film On the Rocks en Denver, Colorado. Y en paisajes urbanos, la ostentación es la característica del impresionante Grand Rex también de París, además cuenta con el aforo más grande de Europa, para 2.800 espectadores. Aunque para originalidad, el cine en lo alto de una azotea es lo que nos ofrece el Rooftop Cinema de Melbourne, en Australia. al igual que la oferta de cine y música que ofrece en verano La Terraza Magnética, en la Casa Encendida de Madrid.

En cambio, el Hot Tub Cinema de Londres quizá no permita estar demasiado atentos a lo que se proyecta en la pantalla. No es de extrañar, no hay butacas, solo jacuzzis. Bañeras de hidromasaje con los que relajarse, o no, mientras se toma algún refresco, vino o cerveza. Una experiencia distinta. Y volviendo al agua, en  las piscinas Edouard Pailleron, nuevamente en la capital francesa, también se organizan sesiones de cine, aunque no tan "traumáticas" como las de Tiburón. Una de las más celebradas fue la proyección de La vida de Pi (2012) de Ang Lee.

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