El primer caso ocurrió en el barrio de Iturrama, en Pamplona, y la víctima fue una señora de 83 años. El segundo tuvo lugar en el barrio de Orvina y la víctima también tenía 83 años.

En ambos casos el 'modus operandi' fue similar. Una chica joven se acercó a las víctimas muy sonriente y haciéndose pasar por conocida suya. Poco a poco fue engañándolas y al despedirse lo hizo con un abrazo, aprovechando para soltarles las cadenas de oro y llevárselas.

Según la Policía, "la forma de actuar es tan sutil que incluso las víctimas suelen tardar un tiempo en darse cuenta que les han robado".

Así, desde la Policía Municipal se recomienda a todas las personas

mayores, víctimas preferidas, que no permitan ningún abrazo de otra persona desconocida, por mucho que intente convencerles alegando que se conocen desde hace mucho tiempo.