Beber para animarse, para celebrar algo, para olvidar un mal día, para calmarse, para perder la vergüenza... Estas son algunas de las razones que llevan a los onubenses a beber alcohol de forma habitual.

Pero el dato más preocupante es la edad a la que se suele empezar a beber; muchos jóvenes deciden probar por primera vez una copa a los 14 años, normalmente porque los amigos con los que salen suelen beber habitualmente según la Fundación Alcohol y Sociedad.

En los casos más graves, los afectados onubenses por la adicción al alcohol, que son atendidos a través del Servicio Provincial de Drogodependencias y Adicciones (SPDA) de la Junta de Andalucía, corresponden en primer lugar a hombres de 40 a 60 años con trabajo estable y una larga evolución en su consumo.

El segundo perfil es el de hombres de 20 a 30 años solteros y con empleos inestables o de corta duración. Le sigue un tercer grupo de mujeres de entre 45 y 70 años que suelen beber de forma clandestina y se demoran en su tratamiento. En último lugar se encuentra el colectivo de personas policonsumidoras.

Esta gran variedad de perfiles, según la Fundación Alcohol y Sociedad, muestra que cualquiera puede llegar a padecer este tipo de adicción aunque hay determinados condicionantes que hacen a unas personas más propensas que otras a ser alcohólicas, como un núcleo familiar desestructurado o la desinformación.

Con el objetivo de poner en marcha programas y actuaciones socio-sanitarias dirigidas a combatir el alcoholismo, se están desarrollando en la provincia diversas actividades de ayuda y prevención del alcoholismo.

Existen distintas asociaciones y entidades, como el Centro de Tratamiento de Alcoholismo en Isla Cristina, que buscan la integración social de los afectados. Otras organizaciones, como la asociación almonteña Alcón, se centra en el asesoramiento a las personas que padecen esta adicción, a la búsqueda activa de empleo y a cursos de formación para el tratamiento y la prevención.

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