El Castillejo inicia su remodelación. El pasado miércoles se marchó la última familia que se resistía a abandonar el céntrico barrio, famoso por ser un punto habitual de venta de droga en Murcia. Los últimos expropiados del Castillejo vivían en un edificio de la calle Lucas Mallada, cedido en alquiler por el Patronato Francisco Franco.
El Ayuntamiento de Murcia inició ayer los trabajos para tapiar el inmueble y evitar que sea ocupado por indigentes hasta que dentro de dos meses se derribe y empiece la construcción de un centro de salud y un parque.
Hasta tres años ha tardado el Ayuntamiento de Murcia en negociar con las nueve familias, de etnia gitana, e indemnizarles para que abandonaran sus casas.
Los vecinos tenían un documento que decía que tras 50 años pagando el alquiler serían propietarios del piso. A pesar de disolverse el Patronato antes de esa fecha «el Ayuntamiento los considera propietarios, accede a indemnizarles y darles preferencia en las casas que está construyendo en Ronda Sur a precio de VPO», aseguran fuentes municipales consultadas.
Esas casas de Ronda Sur no estarán terminadas hasta dentro de un año. Los expropiados tendrán que esperar.
Vista gorda a los vecinos de San Andrés
En el barrio de San Andrés hay 20 familias que viven en un edificio en ruinas, también cedido en alquiler a los vecinos por el Patronato Francisco Franco. El que el Ayuntamiento, la Comunidad y el Gobierno central se desentienden del inmueble.
Nadie sabe a quién corresponde rehabilitarlo. Mientras, las familias humildes que habitan en él han estado viviendo a oscuras y sufriendo la caída de cascotes encima de coches, como publicó 20 minutos. De momento se quedan como están.
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