Cristina García Rodero en busca de la espiritualidad

  • La prestigiosa fotógrafa española, miembro de la Agencia Magnum desde el 2005, presenta en PHotoEspaña la exposición Lalibela: cerca del cielo.
  • Reúne fotografías realizadas en la ciudad etíope de Lalibela entre los años 2000 y 2009.
  • Este místico lugar, situado a 2.600 metros de altitud, cuenta con once iglesias esculpidas en la roca declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Coincidiendo con el vigésimo aniversario del festival de fotografía, Cristina García Rodero ha recibido el Premio PHotoEspaña a toda su trayectoria. © Cristina García Rodero / Magnum Photos
Coincidiendo con el vigésimo aniversario del festival de fotografía, Cristina García Rodero ha recibido el Premio PHotoEspaña a toda su trayectoria. © Cristina García Rodero / Magnum Photos
CRISTINA GARCÍA RODERO
Coincidiendo con el vigésimo aniversario del festival de fotografía, Cristina García Rodero ha recibido el Premio PHotoEspaña a toda su trayectoria. © Cristina García Rodero / Magnum Photos

Hace ahora 45 años, Cristina García Rodero (Puertollano, Ciudad Real, 1949) recibía una beca de la Fundación Juan March para un proyecto de fotografía llamado España oculta. Aquel proyecto daría como fruto más de 15.000 fotografías realizadas durante 16 años y un impresionante libro, publicado en 1989, que sería reconocido como el mejor libro del año por el Festival de Fotografía de Arlés y el Premio de la Fundación Eugene Smith de Nueva York.

Sus impresionantes imágenes merecían ambos reconocimientos. Ella, sencillamente, se quitó mérito y dijo: "intenté fotografiar el alma misteriosa, verdadera y mágica de la España popular y los momentos más intensos en la vida de los personajes, tan simples como irresistibles".

Desde entonces, García Rodero no ha dejado de viajar ni de fotografiar. No solo por España sino por innumerables países que le han marcado profundamente como Haití o la India. "Siempre he ido a lo que salga, a la aventura. Siempre sola. El viaje para mí es descubrimiento, conocimiento, poder compartir, ser testigo. Es regresar con un tesoro: traer imágenes que estén a la altura de lo vivido y hacer de eso una obra personal que te defina como creador y como persona".

Esta curiosidad incesante unida a una profunda sensibilidad y a su magistral manejo del blanco y negro han terminado por convertirla en uno de los fotógrafos españoles de mayor prestigio internacional. No lo decimos solo nosotros, sino grandes reconocimientos como el premio World Press Photo, el Nacional de Fotografía, la Medalla de Oro al mérito de las Bellas Artes y el más reciente Premio PHotoEspaña de este año, que reconoce su dilatada trayectoria.

Primer fotógrafo español en la agencia Magnum

Por tener, tiene hasta el mérito de ser el primer fotógrafo español que fue invitado a formar parte de la prestigiosa Agencia Magnum en el año 2005 (por aquel entonces solo seis mujeres lo habían conseguido antes que ella). Logró convencerles gracias a un audiovisual titulado Hombres, dioses, espíritus que resumía sus 35 años de trabajo. "Una suerte saber que cuando yo no esté van a cuidar de mi obra", diría.

Se define como una fotógrafa de personas que "intenta comprender cómo son porque siempre he buscado el porqué de la injusticia en la vida. A mí no me dice nada la masa lo que busco es entender la singularidad de la persona".

Una de estas búsquedas es la que le ha llevado en varias ocasiones a Etiopía entre los años 2000 y 2009. Allí se sentiría completamente fascinada por la ciudad de Lalibela, situada en el corazón de las montañas del país africano a 2.600 metros de altitud. Un lugar bíblico que cuenta con once iglesias esculpidas en la roca que fueron declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco en 1978.

Para completar su estelar presencia en la vigésima edición de PHotoEspaña, Rodero presenta estos días una exposición sobre este espectacular lugar, Lalibela: cerca del cielo, que podrá verse hasta el próximo 30 de julio en el Fernán Gómez. Centro Cultural de la Villa. "Allí, a este lugar tan pobre, con gente que no tenía nada, apenas agua, llegúe buscando espiritualidad y me encontré con una ciudad muy cerca del cielo".

En estas imágenes de la artista podemos observar tanto la belleza y la peculiaridad de las iglesias medievales, el paisaje y las rocas, como la riqueza de las ceremonias y los ritos que allí se celebran. Considerada por los etíopes como la Nueva Jerusalén, la fotógrafa nos invita a un viaje místico y espiritual por estas tierras donde el tiempo parece haberse detenido.

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