La Policía detuvo ayer, dentro de la operación Jurca, a 43 personas de origen rumano que formaban parte de una banda mafiosa que actuaba entre Tarragona y Castellón y que se dedicaba a la falsificación de tarjetas bancarias, robos con fuerza y tráfico de droga, principalmente. En los registros se hallaron seis lectores-grabadores de tarjetas, cinco ordenadores portátiles, cinco discos duros, unas 2.000 tarjetas falsas y soportes con banda magnética. El jefe de esta organización piramidal llegaba a extorsionar, lesionar y secuestrar a sus subordinados para recuperar deudas o demostrar su autoridad.
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