Los chinos en la capital son pocos (sólo 956) y son excepción. La mayoría de los 19.611 extranjeros en Bilbao viven en el distrito de Ibaiondo, que comprende el Casco Viejo, Bilbao La Vieja y La Peña entre otros barrios.

Ésta es una de las conclusiones preliminares del mapa sanitario de la población inmigrada de Vizcaya. Un documento que se ultimará el mes que viene, y que recopila dónde están asentados los extranjeros para que el Departamento de Sanidad adecue el sistema sanitario.

La UPV, Médicos del Mundo y el Observatorio Vasco de la Inmigración ultiman este trabajo, que también desvela elementos relacionados con la salud de los foráneos. Ejemplo: los chinos no van al médico salvo para hacer seguimiento de los embarazos.

«Para lo demás usan sus propias redes», explica Elena Rodríguez, catedrática de Medicina y autora del mapa sanitario.

Porque cada nacionalidad es de una forma. Así, los subsaharianos sólo van al hospital cuando ya están muy graves, y los magrebíes (árabes del norte de África) usan el sistema sanitario de forma similar a los europeos. «Es porque su sanidad es como la nuestra», aclara Rodríguez. Por su parte, las latinoamericanas son quienes peor percepción de su propia salud tienen.

Y por cierto: los inmigrantes van menos al médico que la población autóctona. Lo cerciora el mapa sanitario, a pesar de lo que cree la opinión pública.

«Van menos porque son jóvenes sanos y porque priorizan su trabajo. No tienen tiempo para médicos», dice la catedrática de Medicina. A esto se suma que los inmigrantes que no están empadronados ni siquiera tienen derecho a ser atendidos en Osakidetza.

Cambios sólo hasta cierto punto

Osakidetza está dispuesta a eliminar las barreras que alejan a los inmigrantes de los médicos, pero no a modificar todo el sistema. Así, está creando un programa de ordenador que traduzca la conversación entre doctor y paciente, y prevé crear un grupo de traductores. Pero dice no a otras reivindicaciones, como la de que ginecólogas atiendan a mujeres árabes.