La Policía Metropolitana (Met) ha elevado a treinta el número de personas fallecidas en el incendio de una torre residencial de 24 plantas y 120 viviendas de protección oficial en el centro-oeste de Londres. Así lo ha anunciado este viernes el comandante Stuart Cundy, quien no descarta que el número de víctimas mortales aumente en los próximos días, en una operación de rescate "ardua y compleja", e indicó que "tristemente" no esperan encontrar más supervivientes.

Las causas del incendio, que forzó el ingreso hospitalario de 68 personas, 18 en estado crítico, el día que ocurrió la tragedia, se desconocen, pero la policía no cree que se iniciara de forma intencionada. "En estos momentos, no hay nada que sugiera que el fuego fue provocado deliberadamente".

"Es probable que la cifra vaya aumentando durante la que será una compleja operación de recuperación, que durará varios días", ha revelado el comandante, quien no ha podido confirmar cuántos desaparecidos hay.

Sesenta y cuatro heridos, por otro lado, fueron trasladados en ambulancia a seis hospitales desde el lugar del suceso, mientras otros diez acudieron por su propio pie.

El fuego, de enormes dimensiones, se desató de madrugada en la Torre Grenfell, situada en una zona próxima a Notting Hill y en la que vivían unas 500 personas. En la extinción de las llamas trabajan unos 200 efectivos y 40 camiones autobombas, informaron fuentes de la Brigada de Bomberos de la ciudad, además de haberse desplazado hasta el lugar un centenar de médicos. La nube de humo pudo verse a kilómetros de distancia.

La portavoz de los bomberos, Dany Cotton, reconoció después que en sus 29 años de servicio no había visto un incendio de tal magnitud y pronosticó que los bomberos permanecerán trabajando en el lugar las próximas 24 horas.

En su comparecencia pública, la portavoz explicó que tuvieron conocimiento del incendio a las 00.54 hora local y que los primeros efectivos llegaron al lugar en seis minutos. Estos bomberos corrieron grave peligro porque fueron los que entraron en el inmueble "en condiciones extremas" para evacuar al mayor número posible de residentes.

La Met informó que tuvo conocimiento del siniestro pasada la una de la madrugada y que la primera acción fue enviar una veintena de ambulancias al lugar del siniestro.

Las imágenes del incendio mostraban de noche a gente con linternas que intentaba enviar señales de socorro a las que les resulta imposible abandonar la torre envuelta en llamas, que se temía que pudiera derrumbarse porque se ha quemado hasta "el núcleo", según declaraciones de testigos.

La torre Grenfell de Londres fue construida en el año 1974 y sus fachadas exteriores, rehabilitadas el año pasado. El fuego, al parecer, comenzó en una cara de la torre, probablemente en la cuarta planta, y en 15 minutos engulló el edificio por completo. Rydon, la empresa que se encargó de aquella restauración, ha insistido en que se hizo cumpliendo los estándares de seguridad. El coste de las obras ascendió a 9,7 millones de libras (once millones de euros).

Varios vecinos han lamentado en sus declaraciones a la BBC que tan solo hubiera una vía de escape del edificio, una escalera de emergencias, y que no sonaran las alarmas de incendios avisando del fuego cuando este se inició. Un testigo aseguró haber visto saltar a una vecina, huyendo de las llamas, desde una octava planta y otro le ha contado al periodista Jack Hardy, de Press Association, que sobre las dos de la madrugada vio a un padre lanzando a dos niños desde una ventana del quinto piso.

Los medios también recogen las declaraciones de una mujer llamada Samira Lamrani, quien asegura haber visto cómo un hombre lograba coger a un bebé lanzado por su madre desde "la novena o la décima planta" para ponerlo a salvo de las llamas.

El diario The Guardian recoge una información que asegura que la comunidad de vecinos de la torre había advertido a los propietarios de los riesgos de un incendio en la finca. En su escrito, de 2013, la comunidad se movilizó para exigir mejoras después de un periodo de subidas de tensión por cableado defectuoso. "Estamos convencidos que la propiedad se sentará en el banquillo por un incendio grave", decía aquel comunicado.

Uno de los inquilinos del bloque, residente de la cuarta planta, ha explicado que su vecino, puerta con puerta, le avisó de que se había producido una explosión en su casa y de que debía poner a salvo a su familia. Este matrimonio tuvo tiempo de empapar en agua varias toallas con las que cubrir a sus hijos y así logró escapar de las llamas.

Numerosos habitantes del barrio, conocido por un famoso Carnaval, han acogido en sus casas a los residentes que, con niños pequeños, buscaban refugio en pijama. También el reverendo de la Iglesia de San Clemente ha abierto las puertas de la parroquia para acoger a los afectados, que están siendo atendidos por un grupo de voluntarios.

El alcalde calificó de "grave incidente" el suceso, por el que se han cortado las calles adyacentes y alguno de los evacuados han sido trasladados a un centro cristiano cercano al suceso, donde han sido provistos de mantas y de comida.

Otra de las vecinas del edificio incendiado, que permanece refugiada en el centro comunitario, ha explicado a la BBC que de noche se levantó al baño y escuchó ruidos extraños en su puerta. Salió y se encontró con un policía. "Le pregunté: 'Oficial qué está pasando'. Y me contestó: 'Fuego, salga'. Cogí a mi nieto y escapamos por la escalera de incendios, que estaba llena de humo", cuenta a la televisión envuelta en un albornoz.

La primera ministra británica, Theresa May, ha dicho sentirse "profundamente entristecida" por la "trágica pérdida de vidas", según un portavoz de Downing Street, y ha convocado una reunión con el secretariado de contingencias civiles para coordinar la respuesta a este "desastre".