El MoMA 'desempolva' los archivos de Frank Lloyd Wright

  • El museo neoyorkino celebra el 150 aniversario de su nacimiento con la exposición Frank Lloyd Wright at 150: Unpacking the Archive (Frank Lloyd Wright a los 150: desempaquetando el archivo).
  • En ella doce expertos en arquitectura 'rescatan' 450 obras seleccionadas entre su mastodóntico archivo personal.
Frank Lloyd Wright trabajando en su estudio. The Frank Lloyd Wright Foundation Archives (The Museum of Modern Art | Avery Architectural & Fine Arts Library, Columbia University, New York)
Frank Lloyd Wright trabajando en su estudio. The Frank Lloyd Wright Foundation Archives (The Museum of Modern Art | Avery Architectural & Fine Arts Library, Columbia University, New York)
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Frank Lloyd Wright trabajando en su estudio. The Frank Lloyd Wright Foundation Archives (The Museum of Modern Art | Avery Architectural & Fine Arts Library, Columbia University, New York)

"La arquitectura es vida, o por lo menos es la vida misma tomando forma y por lo tanto es el documento más sincero de la vida tal como fue vivida siempre". Con esta frase puede resumirse la pasión por el trabajo de Frank Lloyd Wright (Estados Unidos, 1869-1959), uno de los referentes de la arquitectura del siglo XX -junto con Le Corbusier, Mies van der Rohe y Walter Gropius- y uno de los padres del llamado Movimiento Moderno en arquitectura.

El pasado 8 de junio se celebró el 150 aniversario de su nacimiento y el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) tira la casa por la ventana y nos hace un enorme regalo a todos sus admiradores inaugurando una grandes exposiciones de la temporada: Frank Lloyd Wright at 150: Unpacking the Archive (Frank Lloyd Wright a los 150: desempaquetando el archivo), que pone a nuestro alcance innumerables tesoros rescatados de los archivos personales del artista (el museo los adquirió hace cinco años junto a la Universidad de Columbia).

Y cuando decimos innumerables hablamos de unas 450 obras realizadas entre 1890 y 1950 donde podemos encontrar elementos tan variopintos como planos arquitectónicos, maquetas, fragmentos de construcción, películas, programas de televisión, medios impresos, muebles, vajillas, textiles, fotografías, pinturas, álbumes de recortes y una serie de obras que rara vez o incluso nunca se habían exhibido públicamente. Ahora será posible verlas hasta el 1 de octubre.

Wright era un trabajador compulsivo y guardaba todo lo que hacía, por esta razón se le ha pedido a una docena de historiadores de la arquitectura que seleccionen entre los miles de documentos disponibles en ese extensísimo archivo y extraigan de ellos un tema. De esta manera se ha estructurado la exposición en doce secciones, cada una de las cuales investiga un objeto clave o un conjunto de objetos de su archivo.

Proyectos que nunca se materializaron

Tendremos acceso a proyectos que jamás vieron la luz como Little Farms (Pequeñas granjas), que asociaba crianza de ganado y cultivos agrícolas a comienzos de los años 30 para garantizar la autosuficiencia de los obreros desempleados tras la gran depresión de 1929, al tiempo que permitía a los residentes urbanos proveerse de productos frescos de estos pequeños productores. Otro de sus sueños no cumplidos fue la Mile High Illinois, un rascacielos de 1,6 kilómetros de alto que planeó en 1956 cuando ya contaba con 87 años.

Por su parte, en New York Models Conserved se muestra las maquetas restauradas y diseños de dos de sus proyectos para Manhattan: St. Mark's Tower (1927-29), un proyecto de tres torres de fachada vidriada que fue frenado por el crack de 29, y el mítico Museo Solomon R. Guggenheim (1943-59), su obra más popular.

¿Arquitecto o profeta?

Visionario, multifacético y prolífico como pocos (aunque en la década de los 30 las consecuencias de la gran depresión le impidieron realizar muchos de sus proyectos) solía decir que "el arquitecto debe ser un profeta. Un profeta en el verdadero sentido del término. Si no puede ver por los menos diez años hacia delante que no lo llamen arquitecto".

Él, sin duda, cumplía con este requisito y se adelantó no una sino varias décadas a sus colegas de profesión: fue completamente radical, mostró gran interés por las nuevas tecnologías y materiales, fue pionero en sistemas de autoconstrucción y en teorías que tenían muy en cuenta la naturaleza, la planificación urbana y la política social.

Lloyd, que había pasado su infancia y adolescencia en una granja de Wisconsin en estrecho contacto con la naturaleza, siempre condicionó sus trabajos a ésta. Y en ella basó los seis principios de la Arquitectura Orgánica (publicados en 1908 pero escritos en 1894) que siempre defendió: correlación entre la naturaleza, topografía y arquitectura; adecuación e integración del edificio en su entorno y la armonía entre los materiales utilizados; expresión del material; simplicidad y eliminación de lo superfluo; a cada cliente su estilo de vida y su estilo de casa, y por último, la analogía entre las cualidades humanas y la arquitectura.

De todo ello dejó testimonio a lo largo de su carrera: desde su primera gran fase creativa a principios del siglo XX con las Casas de la Pradera (Prairie Houses) hasta su propia residencia-taller-galería llamada Taliesin y situada en las tierras de su familia en Spring Green (que tendría que reconstruir en dos ocasiones a causa de dos incendios), pasando por la mastodóntica obra del Hotel Imperial de Tokio, que construyó durante una década (1913-1923); el complejo hotelero de San Marcos en el desierto de Arizona o su archiconocida Casa de la Cascada (1934-37), summum de la unión entre naturaleza y tecnología.

El primer arquitecto 'celebrity'

Mención aparte merece el apartado dedicado al Wright celebrity, donde se le muestra como un experto controlador de los medios de comunicación como herramienta de promoción y que se ilustra por ejemplo con la portada de la revista Time donde se le nombró 'hombre del año' o la emisión de su famosa entrevista en televisión con Mike Wallace.

"Si Wright viviera hoy, estaría por todos lados en redes sociales. Comprendía la relación entre nuevas tecnologías y celebridad, mantener la atención del público", dice Barry Bergdoll, comisario de la exposición. Y es que como bien diría el arquitecto: "Temprano en la vida tuve que elegir entre la arrogancia honesta y la humildad hipócrita. Elegí lo primero y no he visto razón para cambiar". Cuando uno es un genio puede permitirse el gusto.

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