En poco más de un mes, el 4 de enero, María Díaz Cortés cumplirá 116 años. Es, probablemente, la mujer más vieja de España y sobrevive en el barrio chabolista sevillano del Vacie en condiciones infrahumanas. Malena, como la conocen, vive con su hija Dolores (72 años), cuatro nietos y un biznieto en una casa prefabricada de 17 años que se cae. Sin agua caliente, ratas y cañerías rotas. La mujer hace dos años que no puede moverse. Desde entonces, esta familia, de etnia gitana, sobrevive con 300 euros, la paga que le da la Junta. «Tengo que estar pendiente de ella: hay que darle de comer, se hace pipí... y no puedo salir a vender para ganar dinero», explica Dolores. La familia pide ayudas y un piso. «No la dejaré en ninguna parte. Ella seguirá conmigo hasta que Dios se la lleve». Hace 15 días, el delegado municipal, Alfonso Mir, descubrió a esta mujer, que ha vivido entre tres siglos, y trasladó su situación. La Delegación de Bienestar Social le ha ofrecido llevarla a una residencia y ha pedido a la Oficina Municipal de Atención al Inquilino de Sevilla un piso. María Díaz nació en 1892 en Granada, según su último DNI, expedido en 1975, donde especifica su profesión: «Cestera». Se vino a Sevilla de pequeña. Es, con toda probabilidad, la segunda mujer más anciana del mundo. Aunque le supera una brasileña de 127 años, tiene un año más que Edna Parker, que a sus 114 fue reconocida en agosto como la mujer más vieja del mundo.