Mario Vaquerizo: "Me he cansado de decir que no vivo de la música. Era mentira. Me pagan, y mucho"

  • Las Nancys Rubias acaban de lanzar su nuevo álbum, 'Marcianos Ye-Yés'.
  • Mario Vaquerizo explicó a '20minutos' las muchas novedades de este disco.
  • También habló, sin pelos en la lengua, sobre la gente que le critica, el ninguneo que les hacen algunos medio y la pérdida de su amigo David Delfín.
Mario Vaquerizo posa en una esquina de la Gran Vía de Madrid.
Mario Vaquerizo posa en una esquina de la Gran Vía de Madrid.
Jorge París
Mario Vaquerizo posa en una esquina de la Gran Vía de Madrid.

Simpático, espontáneo, entregadísimo, muy amable, aunque mucho más serio de lo que suele aparentar en televisión, Mario Vaquerizo demuestra con todas y cada una de sus palabras, que le encantan los medios y que, a diferencia de muchos otros rostros conocidos, disfruta con la promoción de su trabajo. En esta ocasión habla, mucho y muy orgulloso, del nuevo disco de Nancys Rubias, Marcianos Ye-Yés, que llega seis años después de su último álbum, Ahora o nunca, y cuatro desde el éxito arrollador de Me Encanta (I love it). Antes de seguir con los eventos (una actuación y una forma de discos este jueves en la Fnac de Callao, en Madrid), Vaquerizo ha abierto su inquieto corazón para 20minutos.

¿Este disco supone un punto de inflexión para las Nancys?

No exactamente un punto de inflexión. En principio, Marcianos Ye-Yés es un disco más de Nancys Rubias pero sí es cierto que hay varios cambios. Hemos abandonado la endogamia en la que nos encontrábamos con todos nuestros colaboradores habituales, sobre todo en el terreno de los compositores. Ahí está la incorporación de Guille Milkyway, de La Casa Azul, que nos ha compuesto Marcianos Ye-Yés y otras dos canciones más que no hubieran estado en otros discos de Nancys, pero no porque reneguemos de lo anterior sino por evolución.

¿Hacía falta un cambio?

Cuando llevas ya más de 13 años en un grupo, te das cuenta de que ya empiezas a aburrirte de cosas, que ya las has hecho. Y aburrirte en esta vida es lo peor. Y cuando uno se aburre en un escenario, al final acaba aburriendo al que tiene enfrente, que es el público. Si llegamos a ese punto, es mejor dejarlo, así que decidimos salir de la zona de confort en la que nos habíamos acomodado, porque las Nancys tienen que tener sobre todo una actitud lúdica.

Este disco ha llevado mucho más trabajo, ¿no?

Obviamente nos hemos tenido que profesionalizar, entre comillas, puesto que desde hace cuatro años vivimos de la música. Me he cansado de decir que yo no vivía de la música, que no vivíamos de la música, pero era mentira. Nos pagan, y mucho, con lo cual vivimos de la música... y de otros trabajos que seguimos manteniendo.

La idea es una especie de mezcla entre Concha Velasco y el submarino amarillo de los Beattles.

Por supuesto, pues sí. Por eso somos Marcianos Ye-Yés. Está Concha Velasco, que nos encanta, está toda la parte yeyé que componía el maestro Algueró, está Lola Flores, está Carmen Sevilla y después está esa otra cosa de los los Beattles, Janice Joplin, Anita Pallenger, Robert Plant, Jim Morrison... Lo mezclamos todo. Tenemos una propuesta muy comercial en cuanto a lo que son la melodía de las canciones –con estrofas y estribillos muy arrebatadores y asimilables para el gran público–, pero después tenemos las letras un poco locas que nos hace Nacho Canut, que nos abducen en la Gran Vía y cosas así.

¿Nacho es la quinta Nancy?

La quinta Nancy desgraciadamente ya no está, que era Susie, la verdadera Nancy Rubia. Nacho, que tiene capacidad de convertir las letras en himnos, es la sexta. Es nuestro letrista y es intocable. Va a estar con las Nancys hasta que él quiera, que de momento parece que será mucho tiempo. Nacho agradece que existamos y de hecho siempre nos anima a que sigamos sacando discos porque, el que exista Nancys Rubias le permite hacer un tipo de letras que no tienen cabida en Fangoria.

¿Y Guille Mylkyway?

A Guille Milkyway le podríamos llamar la Nancy Adoptada. Hemos adoptado a un niño que nos ha salido muy bien educado, con una genialidad al componer canciones y que creo que va a seguir regalando muchos hits a las Nancys.

Él dice que usted es la Beyoncé del indie, ¿verdad?

Sí, se le ocurrió cuando le llegó la grabación del primer single, que la hicimos en tres tomas, y se sorprendió de cómo canto. Porque la gente se sigue pensando que yo no canto, pero llevo cantando desde el año 2004. El primer disco de Nancys me costó grabarlo tres meses y este último lo he grabado en cinco días. ¿Por qué? Porque de todo se aprende, y la experiencia te da sabiduría, y después de cinco discos y muchos conciertos, tú aprendes a modular y a hacerlo muy bien.

¿Se siente un poco marciano?

No es que me sienta marciano porque quiera hacerme el raro, pero claro, yo miro alrededor y veo que soy una marciana. Para mí, lo que veo a mi alrededor sí que es una marcianada: que a día de hoy sigan aconteciendo atrocidades en este mundo, que la gente de por hecho que es normal ser corrupto, que la gente vea normal que todavía siga existiendo el fundamentalismo... Ese tipo de cosas me hace sentir que estoy como en tierra de nadie, que es lo que nos pasa también a las Nancys.

¿Qué quiere decir?

Estamos en tierra de nadie porque, por un lado somos muy mainstream, porque salimos en todos los programas de máxima audiencia y hacemos entrevistas con medios importantes en los que no todo el mundo aparece pero, por otro lado, no sonamos en la radio. Estamos en el limbo de la industria musical, donde se vive muy bien, no me voy a quejar. Como no hemos esperado nada nunca y hemos hecho lo que nos apetecía en cada momento, y lo seguimos haciendo, todo lo que nos viene nos parece una bendición de Dios.

¿De dónde viene ese ninguneo?

No lo sé. Todo lo vivimos de forma muy natural y quizá eso ha hecho que determinado sector de la industria, de la prensa así como más seria, no nos considere como una propuesta musical. Pero sí existimos, no paramos de dar conciertos, que este año nos vamos al Arenal Sound, que todo el mundo quiere ir allí y muchos no llegan. Que no salga en tus medios, que no suene en tu radio, no significa que yo no sea una realidad, ¿no?

Este año, las Nancys sois parte de la versión de A quién le importa que será canción oficial del Worldpride.

Sí, y además de participar en el himno vamos a actuar  en la Puerta del Sol el día 28 de junio, después de la lectura del pregón, y luego actuará Fangoria. No es la primera vez que actuamos en el Orgullo y espero que no sea la última, y sobre todo que no es un mundo ajeno al nuestro. Pero tampoco es nuestro único mundo, el mundo gay no es el único público que tiene Nancys, también tenemos a chicas del extrarradio que vienen con sus maridos y les encantan las Nancys, por ejemplo. Es decir que no hay que estandarizar todo ni fragmentar todo.

¿Para quién son las Nancys?

Yo creo que las Nancys somos un grupo para todos los públicos, que van desde niñas pequeñas que no pueden entrar en los conciertos y se tienen que ir a los gratuitos a gente mayor. Incluso hay muchos del público gay que nos odian y que no les gustamos. Por el hecho de que hablemos en femenino y demás yo no veo a las Nancys un grupo gay. Yo no veía a ABBA un grupo gay, para empezar porque eran dos parejas de heterosexuales, ¿no? Y eso se ha ido pervirtiendo y hay que tener cuidado.

La música es música y el público es público. No a todos los maricones les gusta Alaska o las Nancys y no a todos los que les gustamos son gays. Las Nancys tenemos muchos fans que que vienen del heavy. La música es universal y no entiende de etiquetas, porque etiquetar significa limitación y yo no quiero que me pongan límites de nada, yo quiero actuar para todo el mundo y el que quiera que lo siga y el que no, no.

Al margen de eso, el Orgullo quizá sí es un buen foro para transmitir un mensaje de buen rollo, ¿no cree?

Nosotros no somos de aleccionar a nadie ni de mandar mensajes, para eso ya está la canción protesta y grupos e intérpretes que sienten esa cosa de verdad, personas más combativas, a las que las injusticias les ofenden mucho más. Yo no te voy a engañar, a mí me ofende lo que le toca más a mi entorno más cercano. Aunque yo creo que con la actitud, sin decirlo, también lo dices.

No siempre hace falta verbalizarlo todo.

Es verdad. Quizá a lo mejor ese es el mensaje, el no mensaje que tenemos las Nancys, que tratando de ser dueño de tu vida, tratando de llevarte lo mejor posible con la gente, pero sin necesidad de decirlo en tus canciones, creo que es un no mesaje que llega a todo el mundo. Nosotros tenemos, detrás de tanta vanalidad –que yo no la veo como vanalidad– o frivolidad, un discurso que ni nosotras mismas sabemos que lo tenemos, pero ahí está. ¿Y como surge eso? Pues ante preguntas de terceros, por eso a mí me encanta hacer la promoción, porque piensas de repente en estas cosas. Pero que tampoco quiero yo ponerme intensa, porque tan malo es estar todo el rato diciendo tonterías como estar todo el rato diciendo cosas serias. Creo que en el justo medio está la virtud. En el fondo somos muy aristotélicas las Nancys.

En el último disco hay homenajes a David Bowie, a Motörhead...

Sí, a influencias nuestras. No tanto homenajes, copias incluso en un momento dado. Queríamos tener una canción como Motörhead y se la pedí a Mauro Canut. Después llegó Nacho y lo mezcló con una película que protagonizó Tony Leblanc en los años 60, El astronauta. A lo mejor es una forma también de rendir homenaje a alguien, pero creo que somos más egoístas que eso. Es darnos el gusto de tener en nuestro disco una canción como Motörhead, que es un grupo al que admiramos pero que no pretendemos que lo admire más gente. Mientras lo admiremos nosotros nos basta.

Otra canción habla de los que critican, ¿se siente muy criticado?

Por favor, ¿vives en España? Todo el mundo me está criticando constantemente, pero a mí no me importa. Al principio me dolía. Ahora ya no, y no lo digo como despecho sino que me resbala, pero como también me resbala cuando me dicen que soy maravilloso. Obviamente es mejor que te digan guapo a que te digan feo, pero el que tiene que sentirse guapo y a gusto consigo mismo es uno mismo, más allá del cuestionamiento o de la admiración de terceros, porque son personas que no forman parte de tu vida.

Así que lo lleva bien.

Si soy criticado porque soy dueño de mi vida, soy honesto conmigo mismo y soy sincero y digo lo que me sale del mismísimo coño, pues que me sigan criticando, me encanta ser criticado, porque eso significa que no me caso con nadie y que soy una persona feliz. Sí me siento criticado pero también es verdad que me siento muy querido, por toda la gente que va por la calle: las señoras mayores, los obreros de la construcción, los taxistas...

Tanto usted como las Nancys son muy castizas, no pueden negar que les gusta Madrid.

Madrid es mi ciudad favorita. Yo tengo la suerte, por mi trabajo, de viajar a muchos sitios pero, ¿tú sabes la alegría que a mí me da cuando yo llego a la T4 y vengo en taxi y paso por la Puerta de Alcalá y cojo la Gran Vía? Me entra una felicidad increíble. Como en casa de una, en ningún sitio. Yo siempre quise vivir en la Gran Vía y gracias a Dios lo he conseguido. Me encanta todo ese madrileñismo que a veces se pierde un poco por toda la mierda esa de la globalización.

¿A qué se refiere?

Creo que Madrid tiene una seña de identidad que hace que sea diferente al centro de Londres o al centro de Glasgow, y con esa globalización a veces tendemos a perderlo, pero afortundamente Madrid mantiene se punto castizo que se encuentra en el Rastro, en Malasaña, esa esencia de barrio donde te cruzas con la señora que va a la frutería. Después los fines de semana se convierte en otra cosa, porque todo el mundo quiere ir allí, pero en el día a día hay ese punto de barrio madrileño que me gusta mucho.

Las Nancys somos muy Madrid, porque Madrid tiene una cosa que no tienen otras ciudades –y no es que sean mejores ni peores–: en Madrid nadie te pregunta dónde vas ni nadie te dice de dónde eres, y están mezcladas las modernas con las folclóricas, las maricas con las macarras de barrio. Y eso es lo chulo. En otras ciudades no hay ese tipo de mezcla, y yo creo que la mezcla es la clave del éxito y es forma de aprendizaje, porque implica que no eres fundamentalista.

Aunque siempre se le ve muy alegre, la reciente muerte de David Delfín le ha dejado un poco tocado.

Me ha afectado mucho. Las pérdidas de los seres queridos afectan mucho y aunque hayas pasado por muchas pérdidas –algo que desgraciadamente me está pasando desde que murió mi hermanito–, el ser humano no está preparado para la pérdida del ser querido, incluso aunque sean pérdidas esperadas, de forma natural porque es tu abuela y se tiene que morir ya o pérdidas esperadas porque la persona ya no puede luchar más contra la enfermedad y ya deja de ser él mismo o ella misma, ¿no?

Que ha sido el caso de David.

Sí, y me ha afectado muchísimo, Ten en cuenta que te estoy hablando de un hermano. Yo con David tengo un vínculo muy especial, porque me niego a hablar en pasado de David, como me niego a hablar en pasado de Bimba o de mi amiga Eli Cabrero, o de mi abuelita Luisa, o de mis abuelos, o de mi hermano o de mi amiga Susie, me niego porque creo que la forma de estar presente a las personas que se han ido es estar hablando de ellas.

No me importa hablar de David porque, ¿cómo me va a importar hablar de una persona a la que quiero con locura y que sé que me quiere a mí? Teníamos una complicidad increíble, teníamos una relación muy, muy especial que se ha mantenido hasta el final. Ya cuando David estaba muy malito, yo llegaba allí y me abría los ojos y yo le hacía reír. Teníamos un punto de conexión muy chulo. Son personas especiales que te hacen la vida mejor y que hacen que los momentos que estás con ellos sean maravillosos y que, cuando no están en este mundo. los eches de menos y te pongas muy triste, pero más triste sería no haber conocido a David y no haber formado parte de él como él ha formado parte de mi vida también.

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