Fuertes rachas de viento obligaron ayer a cortar dos carreteras y un vial urbano y dificultó la circulación en todo Aragón. En la carretera A-230, entre Caspe y Sariñena, el viento levantó nubes de polvo y dificultó la visibilidad, por lo que se produjeron varios choques por la mañana. En la N-2 hubo otro choque múltiple.

Las brigadas de carreteras, bomberos de Caspe y Guardia Civil de Tráfico trabajaron todo el día para despejar y limpiar la N-230, que se abrió a última hora.

Otro accidente se saldó ayer con un herido en la N-2, a la altura de La Almolda, y mantuvo la carretera cortada todo el día. Se vieron implicados cuatro camiones y un turismo que perdieron visibilidad por la nube de polvo. El tráfico se desvió por la autopista AP-2.

En Alcañiz, el vial que une la ronda de Belchite con la urbanización Santa María tuvo que cortarse por el desprendimiento de un tejado de chapa debido al azote del viento. Los Bomberos amarraron el tejado con sujeciones especiales para evitar nuevos incidentes, pero se recomendó a los viandantes que evitaran esa zona.

En alerta amarilla

El Centro Meteorológico Territorial en Aragón estableció ayer la alerta amarilla por rachas de viento de hasta 80 km/h en las áreas de Albarracín, Jiloca, Gúdar, Maestrazgo y Bajo Aragón, en Teruel.

Las fuertes rachas de viento también complicaron la circulación en la autovía A-23, a la altura de Almudévar y Candasnos (Huesca), y obligaron a ir con precaución en la N-2, a la altura de Gelsa, y en la AP-2, en Pina de Ebro. Además, hubo otro accidente en Pozuel del Campo (Teruel).

El cierzo seguirá hoy

El cierzo seguirá soplando con fuerza hoy y mañana en el valle del Ebro, con rachas fuertes, pero el fin de semana perderá intensidad, según el Instituto Nacional de Meteorología . Las temperaturas seguirán en moderado descenso, con heladas de madrugada. En Zaragoza, la mínima será de dos grados y la máxima no pasará de 11; en Huesca no se pasará de 15; y en Teruel se llegará a temperaturas bajo cero.

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