La actriz Jennifer Lawrence se llevó este fin de semana uno de los sustos de su vida y a la vez pudo constatar su buena suerte.
Su avión privado realizaba un vuelo entre Louisville, Kentucky, donde reside su familia a Teterboro en Nueva Jersey, pero tuvo que aterrizar de emergencia en la ciudad de Buffalo cuando uno de los motores del avión falló.
Los pilotos detectaron el fallo cuando el aparato volaba a 31.000 pies, por lo que se dispusieron a aterrizar de inmediato. Pero aún la mala o la buena suerte, según se considere, hizo que durante el aterrizaje fallara el segundo motor, a pesar de lo cual se pudo completar la maniobra y todo el mundo resultó ileso.
Las autoridades aeroportuarias confirmaron el aterrizaje del avión, un pequeño Hawker Beechcraft B40 bimotor, con capacidad para hasta 9 pasajeros y aunque se sabe que Jennifer Lawrence iba abordo, no se ha confirmado si había más personas con ella, además de los dos pilotos.
La actriz, de 26 años, puede estar agradecida a la pericia de sus tripulantes, que pudieron aterrizar sin mayores consecuencias, en una complicada y crítica maniobra a falta de empuje por el fallo de los dos motores.
A pesar de que su representante confirmó el incidente, la actriz por el momento no ha hecho referencia a este hecho en sus redes sociales.
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