Cientos de vecinos de San Bartolomé de Tirajana siguen sin poder ocupar sus casas

  • Los vecinos, que viven arrejuntados, exigen respuestas del Ayuntamiento.
  • "Porque queremos ya nuestra casa", rezaban las reclamaciones pintadas en las sábanas.
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Foto de archivo: una vista de San Bartolomé de Tirajana, en la provincia de Las Palmas.
Foto de archivo: una vista de San Bartolomé de Tirajana, en la provincia de Las Palmas.
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Foto de archivo: una vista de San Bartolomé de Tirajana, en la provincia de Las Palmas.

Algunos viven de alquiler cuando deberían estar pagando la hipoteca. Otros en cuarterías o azoteas. Y los que más arrejuntados con sus suegros.

Los adjudicatarios de Castillo del Romeral continúan sin poder acceder a sus casas por culpa del Ayuntamiento. El gobierno municipal de San Bartolomé de Tirajana sigue sin desbloquear la obra que mantiene en vilo a cientos de vecinos del Sur, una urbanización que lleva años paralizada y que impide a los adjudicatarios ocupar sus viviendas.

Hoy se volvieron a concentrar delante de las oficinas locales de Maspalomas para exigir una solución al problema. Y lo hicieron sin meter ruido, pero con grandes pancartas que tachaban a los políticos de "inútiles", al tiempo que los emplazaban a que se pusieran a trabajar "porque queremos ya nuestra casa", rezaban las reclamaciones pintadas en las sábanas.

No en vano, este conflicto lleva enquistado en el funcionamiento de la administración varios mandatos, con promesas de todo tipo que no se han cumplido. La última viene heredada del gobierno anterior, que cobró a buena parte de los futuros propietarios unos 18.000 euros en concepto de entrada.

¿Todo estaba arreglado?

 Entonces "todo estaba arreglado", denuncian los afectados. Y es que, unos meses antes, el pleno de la corporación había tomado el acuerdo de rescatar las obras para terminar la urbanización, un compromiso que el pacto Nueva Canarias-PSOE continúa sin cumplir por las discrepancias entre los concejales y los técnicos, que no se ponen de acuerdo en la manera de resolver el entuerto.

Primero se optó por modificar el contrato original de adjudicación para que la empresa ejecutase la obra conforme a los precios actuales de mercado. Luego cogió fuerza la obligación de convocar un nuevo concurso, y ahora se vuelve al punto de partida porque el informe de un despacho externo avala la modificación contractual.

En cualquier caso, todo sigue igual, pues el Ayuntamiento ha recurrido a la junta consultiva de contratación del Gobierno regional para que se pronuncie sobre ambas opciones. Mientras, la indignación vecinal va en aumento. Los adjudicatarios llevan esperando entre uno y cuatro años por más de 160 casas de protección oficial ya terminadas, aunque también hay promociones privadas con el mismo problema.

Son gente como Tomás Hernández, que vive con su pareja en El Tablero, ambos esperan un hijo y todos los meses se tiran de los pelos por el dinero del alquiler. O como María del Rosario Suárez, quien no ha tenido más remedio que acondicionar un pequeño apartamento en la azotea de su suegra. O como la familia de Miguel Pérez, que duerme en una cuartería y lleva siete años detrás de una vivienda social.

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