La Asociación para la Defensa del Patrimonio de Andalucía (Adepa) y el secretario general de la Consejería de Cultura, Eduardo Tamarit, han visitado de nuevo este miércoles las Reales Atarazanas, -construidas en 1252 y declaradas bien de interés cultural (BIC)-, para avanzar en el acuerdo alcanzado entre ambas partes tras una larga negociación, para resolver el conflicto derivado del proyecto de restauración del monumento y su adaptación como espacio cultural.

Joaquín Egea, portavoz de Adepa, ha informado a Europa Press de que durante la visita, ambas partes han continuando perfilando aspectos respecto al texto definitivo del convenio que la organización y la Consejería de Cultura habrán de firmar, para desbloquear finalmente este prolongado conflicto.

Porque a día de hoy, la licencia de obras del proyecto de reforma y adaptación del monumento, diseñado por el arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra, se encuentra cautelarmente suspendida por orden del Juzgado de lo Contencioso Administrativo número nueve, en el marco del recurso promovido por Adepa contra dicha licencia. Y es que además de recurrir la licencia, Adepa había solicitado la suspensión provisional de la misma, hasta la resolución del litigio.

EL PROYECTO

El diseño original del proyecto plantea restaurar y adaptar como centro cultural el citado recinto histórico, formado por restos de la antigua muralla almohade, siete naves de las atarazanas medievales del siglo XIII, restos del apostadero de la Carrera de Indias de los siglos XVI y XVII y edificaciones de la Real Maestranza de Artillería pertenecientes a los siglos XVIII, XIX y XX.

Pero aunque la iniciativa cuenta con aval de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico e incluso licencia de obras, los colectivos conservacionistas lo han tachado de "crimen patrimonial". Principalmente, critican que la iniciativa no recupere la cota original del monumento y prevea "la reforma de dos cuerpos edificados sobre las naves dos y cuatro, modificando sus cubiertas, cerramientos y distribución interior", con la instalación de "varias escaleras mecánicas y un nuevo forjado", entre otros aspectos.

Además, criticaban la previsión inicial de incorporar "micropilonos de hormigón a los pilares originales", lo que a su juicio suponía "introducir elementos nuevos disruptivos con el entorno y contrarios a la conservación íntegra" del monumento, sobre todo porque los micropilonos de hormigón "no salvaguardan el patrimonio arqueológico".

No obstante, la prolongada y ardua negociación entablada entre Adepa y a Consejería de Cultura para alcanzar un acuerdo extrajudicial acabó dando su fruto, con un principio de acuerdo para lograr una salida negociada. Fruto de dicho principio de acuerdo, Adepa remitió a Eduardo Tamarit un borrador inicial para el convenio a firmar entre ambas partes, para modificar el proyecto técnico de rehabilitación y adaptación del monumento.

EL BORRADOR INICIAL DEL ACUERDO

El mencionado borrador, como avanzaba Viva Sevilla, contempla entre otros aspectos la renuncia a las medidas inicialmente previstas para reforzar la cimentación, especialmente a los micropilonos de hormigón, los encepados de hormigón o los taladros en los pilares.

Además, el borrador inicial del futuro convenio recogería excavaciones arqueológicas en las naves seis y siete del monumento hasta el nivel original del mismo, así como la excavación y recuperación de los vestigios de la antigua muralla almohade, la supresión de la escalera metálica prevista al final de la nave cuatro, la renuncia a habilitar accesos al monumento desde la calle Dos de Mayo, la conservación de la sala de armas y de mandos del edificio del siglo XVIII o la renuncia a usos hosteleros en el cuerpo superior.

A partir de ahí, el portavoz de Adepa, Joaquín Egea, ha precisado a Europa Press que durante la negociación celebrada este miércoles con Eduardo Tamarit en el interior de las propias Atarazanas, la organización conservacionista habría accedido a que el proyecto prescinda finalmente del "cuerpo de guardia del lateral derecho", cuya conservación figuraba en el borrador inicial. No obstante, las fricciones se mantendrían en el caso de una escalera de evacuación incluida en la actuación, a cuenta de las salas de actos planeadas en el nivel superior.

"Esas escaleras de evacuación son absolutamente innecesarias y nos negamos a ellas", ha dicho Joaquín Egea, según el cual Tamarit habría adoptado el compromiso de estudiar "alternativas" a dichas escaleras en materia de evacuación y seguridad.