Fundación Oso rechaza y lamenta los mensajes alarmistas sobre el peligro que supone la especie para el ganado

  • La Fundación Oso Pardo (FOP) ha mostrado este martes su asombro ante los recientes "mensajes alarmistas e infundados sobre el peligro que suponen los osos para el ganado y las personas que viven en los campos asturianos".
Oso Pardo en Asturias.
Oso Pardo en Asturias.
AYUNTAMIENTO DE SOMIEDO
Oso Pardo en Asturias.

"Parece que se ha desatado una extraña competición para ver quien emite el comunicado más alarmista y dramático. Y nos tememos que en ocasiones se está usando al oso como excusa para hablar de otros problemas diferentes", destacan desde la Fundación.

A través de una nota de prensa se han referido a las quejas del colectivo Asturias Ganadera. A esta organización recuerdan que la información disponible sobre la evolución de la población de osos Cantábricos procede del conteo y seguimiento anual de osas con crías del año que se viene realizando de forma organizada y transparente desde hace más de veinte años, y cuya metodología y resultados se han validado científicamente y han sido hechos públicos por las propias administraciones cantábricas y por la propia Fundación en muchas ocasiones.

En este sentido destacan que afortunadamente, es verdad que los osos cantábricos se están recuperando, pero todavía cumplen los criterios internacionales que obligan a considerarlos como una población en peligro de extinción.

"La afirmación de Asturias Ganadera en su rueda de prensa de que en los próximos diez años se pasará de los 240 osos actuales a 900 carece de base científica y transmite un mensaje que no es real, ya que tales cifras no son previsibles ni siquiera si se mantuviera la actual tasa de crecimiento", indican.

La Fundación Oso destaca que los "poquísimos incidentes" entre osos y personas que se han registrado en el último cuarto de siglo muestran que el riesgo que supone la población de osos para las personas es muy reducido. No obstante reconocen que hoy en día hay más probabilidad de conflicto en torno a los pueblos, que cada vez están más deshabitados, donde los osos se acercan, por ejemplo, a comer frutos.

"Para afrontar este reto, creemos que es fundamental una gestión dinámica que se adapte a cada situación. Esto incluye poner ya en marcha el protocolo de actuación ante osos conflictivos o con problemas que llevamos mucho tiempo pidiendo a la administración, y que parece que está a punto de aprobarse", aseguran desde la Fundación.

Abogan además porque la administración sea ágil y eficaz en una valoración objetiva y un pago justo de los daños de oso, ya que la buena convivencia con las personas depende en gran medida de ellos.

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