Gabriele Basilico, el fotógrafo que amaba las ciudades

  • El festival PHotoEspaña dedica al fotógrafo italiano la primera gran restrospectiva de su obra en nuestro país.
  • Podrá verse en el Museo ICO hasta el próximo 10 de septiembre.
  • Desaparecido en 2013, Basilicó ganó la Osella d'Oro de la Bienal de Arquitectura de Venecia en 1996.
Dunkerque, 1984. © Archivio Gabriele Basilico di Giovanna Calvenzi
Dunkerque, 1984. © Archivio Gabriele Basilico di Giovanna Calvenzi
GABRIELE BASILICO
Dunkerque, 1984. © Archivio Gabriele Basilico di Giovanna Calvenzi

"No hay nada tan misterioso como un hecho claramente presentado", dijo en una ocasión Gabriele Basilico (Milán, 1944-2013). Y con esta frase resumía la esencia de toda su carrera: dedicada por completo a la fotografía de arquitectura, repleta de imágenes asépticas, simétricas y frías tras las que se ocultaba un halo de inquietud y abundante poesía.

El maestro italiano, ganador de la Osella d'Oro de la Bienal de Arquitectura de Venecia en 1996, confesaba sentirse arropado en las ciudades y desnudo en la naturaleza. Así que se refugió en ellas y desde ellas se convirtió durante la década de los 80 en uno de los grandes renovadores de la fotografía del paisaje urbano, cuando este género pasaba por uno de sus peores momentos.

Con motivo de la celebración de su vigésimo aniversario, el festival PHotoEspaña dedica a Basilico la primera gran retrospectiva de su obra en nuestro país, que podrá verse hasta el próximo 10 de septiembre en el madrileño Museo ICO. Una exposición que reúne 185 fotografías del que ya es recordado como "el fotógrafo de la ciudad", una selección de los más de 70 libros publicados a lo largo de su carrera y cuatro vídeos sobre diversos aspectos de su trabajo.

"Basílico ha sido el que mejor ha sabido captar el fenómeno urbano contemporáneo", afirma con rotundidad Ramón Esparza, comisario de Gabriele Basilico. Entropía y espacio urbano.

Él mismo añade que "la mirada que existía en el siglo XIX sobre la ciudad poseía un carácter nostálgico, y eso llega hasta finales del siglo XX, y el logro de Basilico es desdramatizar eso en sus fotografías. En su primera parte hay un poso romántico y luego eso desaparece".

Ciudades en transformación

Esta 'desromantización' de su fotografía se produjo a finales de los 90 cuando lleva a cabo un proyecto junto al arquitecto Stefano Boeri que ambos presentarían en la Bienal de Arquitectura de Venecia de 1997. En Sezioni del paesaggio italiano retrató seis franjas de cincuenta por doce kilómetros atravesadas por una gran vía de comunicación. Espacios periféricos y sin identidad, que Basilico plasmó de una manera fría, casi topográfica.

Pero hay mucho más en este gran recorrido por su carrera. La muestra toma como punto de partida su primera serie centrada en el paisaje y la arquitectura Milano, ritratti di fabbriche (Milán, retratos de fábricas) que realizó en 1979 y concluye con impactantes imágenes de algunas de las grandes metrópolis de nuestro tiempo, como Río de Janeiro o Shanghái.

También tuvo una especial e intensa relación con nuestro país donde desarrolló proyectos en Bilbao, Barcelona, Valencia y Santiago. Elegía siempre ciudades que sufrían severos procesos de transformación económica y urbana y plasmaba en imágenes la idea de pérdida y el sentimiento de ruina.

Aunque si hay un destino que le marcó de por vida, ese fue Beirut. Allí fue invitado junto a otros prestigiosos fotógrafos como Robert Frank, Josef Koudelka, Raymond Depardon, René Burri y el libanés Fouad Elkoury en 1991 para documentar el devastado centro de la ciudad tras veinte años de guerra. Un paisaje desolador que se alejaba radicalmente de esas urbes de cristal y hormigón que con tanta maestría retrató.

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