Al menos 36 muertos en Filipinas tras un ataque armado en un casino de Manila

  • La mayoría habrían fallecido asfixiados por el humo del incendio que provocó el asaltante y en la estampida al tratar de huir.
  • Hay también más de medio centenar de heridos.
  • El asalto, perpetrado por un hombre armado, fue reivindicado por Estado Islámico, pero las autoridades no lo consideraron un acto terrorista sino un robo.
  • La Policía asegura que el atacante se suicidó, prendiéndose fuego.
Policías rodean el hotel atacado en Manila (Filipinas).
Policías rodean el hotel atacado en Manila (Filipinas).
EFE
Policías rodean el hotel atacado en Manila (Filipinas).

Al menos 36 personas han perdido la vida asfixiadas durante el asalto a un casino en el sur de Manila perpetrado este jueves por la noche por un hombre armado, según informó este viernes la Policía, que calificó previamente el incidente como un robo.

La mayoría de las víctimas perecieron asfixiadas por el humo después de que el sospechoso prendiera fuego a varias mesas de juego y otras durante la estampida general, declaró un portavoz de los bomberos, según recoge el canal ABS-CBN.

El oficial Tomas Apolinario señaló a los medios que los fallecidos se encontraban entre la segunda y la octava planta del complejo de ocio Resort World Manila, que alberga un hotel, un cine, un casino y una galería comercial, recoge el diario Inquirer.

El ataque se produjo a medianoche, cuando un varón con una carabina M4 entró en la segunda planta del complejo y comenzó a quemar mesas de juego con gasolina, intentar robar fichas del casino y disparar.

Al menos 54 personas resultaron heridas, algunas de ellas de gravedad, durante la estampida que se produjo al escucharse los primeros disparos y por intoxicación de humo, mientras que la Policía confirmó que ninguno fue alcanzado por las balas.

Reivindicación de Estado Islámico

El director General de la Policía, Ronald Dela Rosa, descartó el incidente como acto terrorista y lo calificó de robo, a pesar de que Estado Islámico ha reivindicado el asalto.

"Él no disparó a nadie (...) Si fuese un terrorista, sembraría el terror", declaró a los medios Dela Rosa.

El cadáver calcinado del sospechoso fue hallado en la quinta planta del hotel.

La Policía asegura que el presunto responsable se atrincheró en la habitación 501, se envolvió en sábanas rociadas de gasolina y se prendió fuego a sí mismo, en lo que ha sido catalogado como suicidio.

Testigos relataron que algunas personas saltaron por la ventanas al escucharse los primeros disparos.

Un conserje hotel dijo a la web local Rappler que el ataque tuvo como escenario un restaurante de la segunda planta. El conserje, identificado como Roberto Palao Junior, explicó que ayudó personalmente a algunos turistas que resultaron heridos.

Una segunda empleada, Maricel Navarro, narró que el ataque desató la histeria colectiva en el complejo. "Todo el mundo gritaba y nadie sabía qué hacer ni hacia dónde dirigirse", declaró a la emisora de radio local DZMM.

"Escuché muchos, muchos disparos" afirmó otro testigo, Julio Silva, a la misma cadena.

Botín de 2,3 millones de euros

Conforme a la versión oficial, el móvil del asalto era hacerse con un botín de 130 millones de pesos filipinos (unos 2,6 millones de dólares o 2,3 millones de euros) en fichas del casino.

Las autoridades han reforzado la seguridad del aeropuerto internacional Ninoy Aquino, cercano al casino asaltado, el palacio de Malacañang, embajadas y ministerios, entre otros emplazamientos de la capital filipina.

El asalto del complejo de ocio coincide con los enfrentamientos entre Ejército y yihadistas del Grupo Maute, afín al Estado Islámico, en la sureña ciudad de Marawi que continúan este viernes por undécimo día.

Los combates en esa ciudad de la región de Mindanao, de mayoría musulmana, han causado más de 170 muertos, y según analistas locales no tienen visos de concluir a corto plazo.

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