La parroquia de La Palma acoge este miércoles la apertura de la causa de beatificación de la vecina Carmen Nebot

  • El obispo de Huelva, José Vilaplana, preside este miércoles en la parroquia de San Juan Bautista de La Palma del Condado, a las 18,30 horas, el acto de apertura de la fase diocesana de la Causa de Beatificación y Canonización de la Sierva de Dios María del Carmen Nebot Soldán, vecina de la localidad.

En el mismo prestarán su juramento los miembros del tribunal que se encargarán de la Causa, a cuya cabeza está el postulador, nombrado por el obispo onubense para ese cargo: el sacerdote Teodoro León Muñoz, ha informado el obispado en una nota.

A dicho acto, que está abierto a todos los fieles, asistirán el cura párroco de La Palma, José Silvestre González Suárez; el vicario parroquial, sacerdotes, diáconos y los familiares de la Sierva de Dios, entre los que se encuentra una hija de la misma que es hermana de la Cruz. Igualmente, asociaciones, hermandades y grupos parroquiales.

Carmen Nebot madre de familia, nació en La Palma el 23 de abril de 1933, siendo bautizada en la parroquia de dicha ciudad. Fue educada en el colegio que las Hermanas Carmelitas de la Caridad tiene en la localidad, haciendo su primera comunión el 26 de junio de 1941 y siendo confirmada el 13 de abril de 1942. Contrajo matrimonio con Salvador Tomás Noguera Cepeda, con quien formó una familia cristiana, en la que nacieron a la vida seis hijos, a los que Carmen inculcó el amor a Jesucristo y a la la Santísima Virgen. Desarrolló su vida cristiana en las labores propias de ama de casa, con abnegación y servicio generoso.

Mujer de gran vida interior, manifestada en sus escritos íntimos espirituales, de oración y sacramentos, devota de la Eucaristía y de la Virgen, de conciencia eclesial, fue catequista en su parroquia, ejerció la caridad con sus semejantes, mostrando especial predilección por los pobres y enfermos. Perteneció al grupo 'Vivencias de Fe', escuela de Evangelio y oración y a la Archicofradía de María Auxiliadora, de la que era gran devota.

Al fallecer su marido, con sacrificio y sufrimientos, sacó adelante a su familia, confiando en el Señor. "Dios nunca me falta", decía la Sierva de Dios. Murió el 24 de marzo de 2007 y su capilla ardiente estuvo en la iglesia de las Hermanas de la Cruz de La Palma del Condado, por la gran vinculación que tuvo con ellas. Por allí pasaron infinidad de personas que testimoniaron su cariño hacia Carmela.

Muchas personas que la conocieron admiraron sus virtudes y, tras su muerte, numerosas personas de diversas partes de España, e incluso de fuera, le encomiendan privadamente sus necesidades y obtienen favores.

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