Al reconocer los hechos, tanto su letrado como el representante del Ministerio Público han llegado a un acuerdo y la titular del juzgado la ha condenado, en sentencia firme, a dos años de cárcel por el delito de robo con violencia en las personas y 65 días de trabajo en beneficio de la comunidad por el delito de lesiones.

La mujer no iré a prisión al no tener antecedentes penales y además la juez ha aceptado la suspensión de la condena si indemniza a la víctima con una vivienda que tiene la hija a su nombre y que en su momento perteneció a la madre.

Además, la titular del Juzgado le prohíbe aproximarse y comunicarse con la víctima durante un plazo de 10 años.

Los hechos juzgados este martes ocurrieron el 14 de enero de 2014, en Albacete, cuando la condenada estaba en casa de su madre, con la que convivía. Sabiendo que a su madre le gustaba tomarse todas las tardes después de comer un cappuccino, que siempre se lo servía su hermano y que ella nunca lo había hecho, ese día lo preparó ella vertiendo sobre el líquido diez pastillas de orfidal, medicamento que le había sido prescrito a su madre. La víctima se lo tomó y se quedó "profundamente dormida", aprovechando la procesada para quitarle el reloj de oro llevaba puesto y se lo llevó.

Cuando la acusada regresó al domicilio, vio a su madre tendida en el suelo y, con la ayuda de un vecino, la llevó a su habitación, donde le puso el pijama. Sin embargo, sobre las 00.30 horas la llevó al hospital, donde quedó ingresada en el Servicio de Urgencias para ser tratada de una sobredosis de benzodiacepinas.

Necesitó para curar, como única asistencia facultativa, la administración de un fármaco antagonista de las benzodiacepinas, y estuvo un día impedida para sus ocupaciones habituales.