Los objetivos de la campaña mundial son, en primer lugar, poner de relieve la relación entre el consumo de productos de tabaco, la lucha antitabáquica y el desarrollo sostenible.
También se persigue impulsar a los países a incluir la lucha antitabáquica en las medidas de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, ayudar a los estados miembros y a la sociedad civil a combatir la injerencia de las industrias tabacaleras en el establecimiento de políticas, e implicar a la población en el desarrollo de estrategias y planes relacionados con la lucha antitabáquica.
En Aragón, la venta de cajetillas de tabaco ha caído en torno a un 30 por ciento desde que entraron en vigor las últimas normativas restrictivas respecto al consumo de tabaco en lugares públicos. Falo también ha destacado que hay un amplio cumplimiento de dichas normas: en 2016 se llevaron a cabo 26.726 inspecciones en Aragón y sólo el 0,6 por ciento de los establecimientos inspeccionados presentó alguna deficiencia.
Según las últimas encuestas, el consumo de tabaco en España en la población de 15 a 64 años se sitúa en torno al 31 por ciento (encuesta EDADES). Entre los estudiantes, los datos de la encuesta Estudes indican una feminización de los consumos. El 41,8 por ciento ha fumado tabaco alguna vez en la vida y el 28,7 por ciento confirma un consumo en los 30 días previos a la realización de la encuesta, prevalencia que desciende al 11,8 por ciento cuando se aborda el consumo diario de tabaco (en los últimos 30 días).
En Aragón, por término medio, el primer consumo de esta sustancia se produce a los 13,5 años y la adquisición del hábito de fumar diariamente comienza a los 14,3 años de media.
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