La tasa de riesgo de pobreza subió dos décimas en el transcurso del año pasado respecto al 2015 y se situó en el 19,2%, según la 'Encuesta de condiciones de vida' de l'Institut d'Estadística de Catalunya, que también concluye que esta estabilidad no se traslada a todos los grupos de edad, puesto que si bien entre los menores de 16 años se mejora la tasa de riesgo de pobreza en 3,9 puntos porcentuales, la de los mayores de 65 años lo empeoran en 2,9 puntos.

Por otro lado, el 60,9% de los hogares catalanes reciben al menos una prestación social, 1,7 puntos porcentuales menos que el 2015. Así, el número de hogares que han recibido prestaciones por vejez o supervivencia es un 57,7%, mientras que las que han recibido alguna prestación de paro son un 38,2%. Finalmente, un 23,7% de los hogares han sido beneficiarios de alguno del resto de subsidios y prestaciones.

En la encuesta correspondiente al 2016, se incorporan aspectos específicos de la población en riesgo de exclusión social y, como resultado, se concluye que el 6,5% de los hogares catalanes declaran haber pedido ayuda a familiares y amigos (4,4%), a entidades privadas o religiosas (1%) o a familiares y amigos y a entidades (1,1%).

En este sentido, la propensión a pedir ayuda es superior a los hogares de una sola persona (10,9%) y de más de 5 miembros (15,3%). También afecta más a las mujeres (7,2%) que a los hombres (5,1%) y a los menores de 16 años (7,9%) que a los mayores de 65 (3,3%).