En El Puente nada es lo que parece. Ni para el espectador, ni para los concursantes. Los quince dispuestos aventureros llegarán con muy pocas señas a un enclave espectacular de la Patagonia. Saben que en una isla en medio de un lago les espera un premio de 100.000 euros, y que para ello deben colaborar en la construcción de un puente. Sin embargo, con el paso de los días descubrirán un gran secreto que hará que cambie por completo su forma de pensar.

"Cada uno elegirá a quién quiere darle el tesoro, y el que reciba más votos decide si lo reparte y en qué proporción, o si directamente se lo queda", explica Paula Vázquez, conductora de excepción para este espacio y que regresa a la pequeña pantalla tras unos años de ausencia. "En cuanto me llamaron no me lo pensé. Yo ya no me esperaba un formato de este tipo, algo tan nuevo que supusiera un reto y además fuese de aventura", confiesa ilusionada la presentadora gallega.

En una entrevista concedida a Europa Press, Vázquez confiesa que "este programa es muy auténtico, más de verdad que muchos de los que yo he hecho". "Hay retos y un esfuerzo físico detrás -continúa-, pero lo mejor de todo son las alianzas, las estrategias que se establecen entre ellos y cómo irán cambiando a lo largo del programa".

Tanto la narradora como los responsables del espacio convienen en que uno de los puntos diferenciales de El Puente con respecto a otros realities es la ausencia de agentes externos. De esta manera, sin las típicas nominaciones o el impacto del público, "las tramas crecen hasta tal punto que se genera más contenido que si se hubiera intervenido", asegura Vázquez.

EXPERIMENTO SOCIOLÓGICO

Definitivamente, El Puente pondrá a prueba el comportamiento y las relaciones humanas en un breve pero intenso periodo de 30 días. "Ha hecho que salga de los concursantes su parte más autentica, y el casting ha escogido a personas con una vida y, sobre todo con un pasado, muy interesante", explica Paula Vázquez, segura de que "el verdadero experimento sociológico lo vamos a hacer con la audiencia".

Una postura, la de la narradora, refrendada por las declaraciones de Álvaro Díaz. "Queremos que los espectadores piensen: '¿qué haría yo en esa situación?' y que, además, vayan descubriendo por qué la gente hace lo que hace". Flashbacks a las ocupaciones reales de los concursantes y sus dilemas vitales completan un reality que llega para romper muchos estereotipos.

IMPECABLE REALIZACIÓN

Más allá del funcionamiento del reality, novedoso por los cuatro costados, otro de los grandes valores de El Puente es, sin duda, su cuidada realización. "Empezamos haciendo un programa y nos ha salido una película", asegura Paula Vázquez para alabar -además del ritmo y la narrativa propios de una serie de televisión- la belleza de la edición y los espectaculares planos que meten al espectador de lleno en la aventura.

Por su parte, Fernando Jérez, director de #0, resume El Puente como "una aventura bonita de contar". Una idea que desde que llegó a sus manos se acoplaba a la perfección a la idea del canal. "#0 es la innovación, novedad y un cuidado por lo formal muy potente", explica el directivo para confesar que "en la televisiones apreciamos mucho que vengan con una idea que no has visto antes, pero no suele ocurrir muy a menudo".

Y con la misma confianza que cautela, los principales implicados del proyecto aguardan que una segunda temporada se haga pronto realidad. "Me encanta la idea de un formato que ahora mostrará sus cartas y al que habría que darle una vuelta para sorprender", comenta Jérez.

Un reto que desde Zeppelin asumirían con gusto, más teniendo en cuenta los tres años que han empleado en dar forma a esta primera entrega. Desde la productora confían en su éxito: "Creo que el que asome a ver El Puente, va a ser muy difícil que no vea los 8 episodios...". Palabras de Álvaro Díaz que refrenda Paula con su habitual entusiasmo: "Estamos emocionados. Quien no lo vea, oirá hablar de ello y terminará cayendo".