La directora de 'casting' de Louis Vuitton responde a la modelo despedida por haber engordado

La modelo Ulrikke Hoyer en una sesión de fotos.
La modelo Ulrikke Hoyer en una sesión de fotos.
ULRIKKE HOYER
La modelo Ulrikke Hoyer en una sesión de fotos.

El directo de casting de Louis Vuitton ha dado la cara este lunes después de las críticas que recibió por parte de la modelo danesa Ulrikke Hoyer, quien denunció el viernes pasado haber sido despedida por estar "demasiado gorda". Lo dijo en su página de Facebook y en su cuenta de Instagram, donde comentó con todo detalle cómo fueron las horas previas al desfile que realizaba la firma en Tokio.

De acuerdo con su testimonio, la directora de casting le dijo que necesitaba alimentarse a base de agua durante un día si quería subirse a la pasarela al día siguiente porque tenía un "estómago" y una "cara muy hinchados". "Me prohibieron asistir por estar demasiado gorda (uso una talla 34-36)", escribía en un mensaje que acumula miles de me gusta.

Ashley Brokaw, la persona encargada precisamente de aquel casting, piensa que el incidente se produjo por una serie de "malentendidos". "Nos dijeron que sus caderas medían 92 centímetros", cuenta a Business of Fashion. "Dos semanas después, ya en Tokio, la prenda no se ajustaba debidamente. Una vez allí poco podíamos hacer. No podíamos rehacerlo, así que intentamos que se lo probara y algunas otras cosas pero nada. Fue una situación devastadora para todos".

Brokaw ha negado, sin embargo, que no se permitiera a la joven comer durante un día y asegura que le dijeron a todas las modelos sin distinción que solo bebieran agua porque no querían que consumieran café, alcohol o refrescos, tal y como recoge People. "He estado en el negocio por 20 años y nunca había experimentado nada igual", ha dicho en alusión a las amenazas de muerte que ella y sus hijos han recibido desde que trascendió la noticia. "Es horrible".

La asistenta de Brokaw, Alexia Cheval, no obstante, envió a Holyer y a sus representates un email en el que criticaba su físico, según ha confirmado el mismo medio. "Sus caderas medían 92 centímetros cuando le hicimos la prueba de vestuario y el vestido le valía. Pero en Tokio el mismo vestido no le valía. Tenía barriga, su cara estaba hinchada y la espalda del vestido estaba abierta, así que podías ver que le quedaba apretado", escribió. La modelo niega que cogiera peso. "De hecho perdí kilos cuando llegó. Cada traje de esa colección está hecho para un cuerpo específico y fue adaptado para mí. En Japón me encajó a la perfección".

Ella sabe, según ha comentado en redes, que se arriesga a no encontrar trabajo y a salir perjudicada, pero no le importa porque cree que lo correcto es denunciar las situaciones a las que están sometidas muchas modelos por parte de la industria. "Puede que este sea mi último trabajo. Pero estoy harta de trabajar con personas que me tratan de este modo".

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