Castilla y León, una de las regiones que menos superficie destina a la Agricultura de Conservación

  • Castilla y León es una de las regiones que menos superficie destina a la agricultura de conservación, con algo más del 5 por ciento de su extensión agrícola, cuando esta actividad compensaría el cien por cien de las emisiones de CO2 de la agricultura y evitaría la erosión con lluvias torrenciales, según defiende la Asociación Española de Agricultura de Conservación Suelos Vivos (AEAC.SV).
Cultivo
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Sin embargo, España es "líder europeo" en agricultura de conservación, con casi dos millones de hectáreas de superficie cultivadas con esta técnica agrícola basada en la siembra directa, el mantenimiento del suelo con una cubierta protectora de forma permanente y en la rotación y diversificación de cultivos.

Así consta en el 'Beneficios de la Agricultura de Conservación en un entorno de cambio climático' presentado este viernes por esta asociación para analizar el impacto positivo de la agricultura de conservación y que concluye que si no revierten los efectos del cambio climático la zona de clima continental de Europa, donde se encuentra Castilla y León, podría tener que enfrentarse a un aumento en la erosión de sus suelos y a un incremento de la necesidades de riego.

Según explica la asociación, dado que en la agricultura de conservación suprime el laboreo se aplican "ciertas herramientas" que son necesarias para poder sembrar en condiciones apropiadas con la presencia de restos vegetales donde son esenciales maquinaria como las sembradoras de siembra directa y sus accesorios o productos fitosanitarios como el glifosato para controlar las malas hierbas y preparar el lecho de siembra.

A diferencia del modelo de agricultura convencional, que, según esta asociación, ha contribuido a que el 16 por ciento de la superficie europea se encuentre afectada por la erosión hídrica, la agricultura de conservación contribuye al secuestro de carbono en el suelo y favorece la biodiversidad en los ecosistemas agrarios.

"Además, el mantenimiento de la cubierta vegetal sobre el suelo permite frenar la erosión del mismo, pudiendo llegar a verse reducidas las pérdidas del suelo hasta un 90 por ciento, dependiendo de la superficie cubierta", asegura la asociación en este escrito.

En este sentido, el presidente de la AEAC.SV., Jesús Gil Ribes, ha defendido que los sistemas basados en la reducción de laboreo han llevado a un mayor secuestro del carbono en el suelo, "necesario porque mejora su estructura, la fertilidad y la capacidad de almacenamiento del agua en el suelo, evitando la degradación del mismo, además de suponer un mecanismo para mitigar el cambio climático".

En España, en términos de CO2, la cantidad fijada por la superficie manejada mediante técnicas de agricultura de conservación es de más de nueve millones de toneladas de CO2 al año, con un potencial de fijación cercano a los 53 millones de toneladas de CO2.

En cuanto a sus beneficios económicos, el estudio señala que la agricultura de conservación aumenta la competitividad de las explotaciones al reducir los costes y mejorar la rentabilidad de los cultivos.

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