Desde que saltara a la palestra mediática el caso Malaya se han puesto de relieve numerosos casos de corrupción urbanística. Sin embargo, ha sido la Marbella del glamour y el lujo la que ha copado mayor interés en la sociedad. Algunos reciben insultos, son diariamente vilipendiados por los vecinos, las personas les increpan, han sido abandonados por sus parejas e, incluso, arrastran profundas depresiones. Es el epílogo a un culebrón que todavía continúa.

El romance de Isabel Pantoja con el ex alcalde Julián Muñoz y los trapicheos entre los distintos ediles han sido los ingredientes perfectos como para hacer de las detenciones un escaparate para la prensa del corazón. Ahora, dos años después desde que se conocieran las primeras investigaciones, las personas implicadas tienen muchas dificultades para llevar una vida normal, según publica La Opinión de Málaga.

Marsisol Yagüe, en casa y alejada del mundanal ruido

Así, los ex ediles, por ejemplo, no consiguen encontrar un trabajo, pedir un crédito o, simplemente, pasar desapercibidos cuando van por la calle. Sus vidas han cambiado radicalmente. Basta saber que han estado implicados en el Caso Malaya para que les "cierren las puertas". Tanto es así que muchos se refugian en su pequeña angustia como la ex alcaldesa Marisol Yagüe, que ha desaparecido por completo de la vida pública.

Actualmente, ayuda en una frutería familiar, trata de superar una depresión y "cuenta los días para salir de su chalé en la exclusiva urbanización de Xarblanca, embargada por orden judicial tras el impago de las obras de reforma".

Isabel García Marcos y sus 'paseos' televisivos

La ex concejala del PSOE y teniente de alcalde con Yagüe, Isabel García Marcos, conocida por sus apariciones en televisión, se reincorporó a su puesto en el Servicio Andaluz de Salud (SAS) como inspectora técnica después de pasar 'a la sombra' seis meses.

Según aparece en el diario, "algunos han conseguido a duras penas y con procesos judiciales de por medio" regresar al Ayuntamiento marbellí. Pero como funcionarios. Es el caso de el ex concejal de Hacienda, Rafael González. De momento se hace cargo de la tenencia de alcaldía de Nueva Andalucía mientras trata de hacer frente a las más de setenta causas pendientes por delitos urbanísticos.

Huyendo de la Justicia

Otro ex edil, Pedro Pérez, trabaja en la delegación municipal de Deportes mientras que su compañero del Partido Andalucista, Carlos Fernández, disfruta en alguna playa paradisíaca "de su libertad". Lleva una vida propia de un espía. Huyendo de la Justicia constantemente.

Algunos han conseguido regresar a la vida laboral a base de mucho esfuerzo. El ex delegado de Personal, José Luis Fernández Garrosa sufrió un "calvario" para encontrar trabajo después de vivir en sus carnes la subasta de su casa en el municipio malagueño.

Emilio Jorrín, del partido de la oposición de Marisol Yagüe, sigue esperando una decisión judicial que le permita reincorporarse a una empresa municipal. No es el caso de Carmen Revilla, a quien la 'gestora' que se hizo cargo del gobierno la mandó para su casa, aunque está actualmente en la televisión municipal.

La mayoría de los implicados han sufrido, o sufren, graves depresiones que les hace imposible llevar una vida normal. Como el yerno de Pitita Ridruejo, el ex edil de Comercio Rafael Calleja, que padece problemas de corazón.