Condenado a seis meses de cárcel y a indemnizar con 5.300 euros a un policía al que rompió un dedo en la Jefatura

  • La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Baleares ha desestimado el recurso de apelación de un hombre condenado a seis meses de cárcel por romper un dedo a un policía al resistirse a ser reducido por las autoridades en la Jefatura de Palma, por lo que también debe indemnizar con 5.300 euros al agente lesionado.
Jefatura de Policía Nacional de Palma, en la calle Simó Ballester
Jefatura de Policía Nacional de Palma, en la calle Simó Ballester
EUROPA PRESS
Jefatura de Policía Nacional de Palma, en la calle Simó Ballester

El hombre, con numerosos antecedentes penales -si bien no se ha acreditado que sean computables a efectos de reincidencia- se encontraba detenido a las 21.00 horas del 22 de abril de 2016 en los calabozos de las dependencias del Cuerpo Nacional de Policía en la calle Simó Ballester de Palma.

Los agentes de servicio advirtieron que podía haber estado fumando al ver humo en el calabozo, por lo que procedieron a cachearle y encontraron un mechero y un cigarrillo oculto entre sus nalgas.

El hombre reaccionó de forma agresiva contra los agentes y levantó una mesa de escritorio con intención de arrojarla contra ellos. También intentó golpear con el teléfono a uno de los policías, por lo que decidieron reducirlo.

Sin embargo, el acusado se opuso y los policías tuvieron que tirarlo al suelo, y uno de los policías que quedó debajo del detenido sufrió una fractura del quinto metacarpiano con desplazamiento, que requirió intervención quirúrgica-ha dejado una cicatriz de tres centímetros- y tardó en curarse 90 días.

EL TRIBUNAL CALIFICA DE "EXÓTICA" LA DECLARACIÓN DEL DETENIDO

En el recurso, el detenido asegura que simplemente se defendió de una situación "injusta" ocurrida en los calabozos, una declaración que el tribunal califica de "exótica". Además, advierte que su relato presenta "nula coincidencia" con el informe forense que demuestra que no sufrió "ninguna paliza", mientras que no encuentra congruente que la lesión en el dedo del policía pueda tratarse de "un simple guantazo".

En este sentido, la Audiencia no aprecia contradicción en los testimonios de los policías -además, el propio acusado reconoció que fumó en el calabozo, algo que también corroboran las grabaciones de las cámaras- y considera que la única reacción violenta que ha quedado acreditada ha sido la protagonizada por el detenido.

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