La crepería que mantiene con vida a la plaza del Pallol

  • Desde 2001, creps a precios razonables en un lugar con historia.
  • El crep con más salida sigue siendo el clásico de jamón dulce.
  • "En España tenemos un problema de personal", asegura el dueño.
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La Crepería del Pallol, en Tarragona.
La Crepería del Pallol, en Tarragona.
Daniel Tercero García
La Crepería del Pallol, en Tarragona.
Richard regenta desde 2001 La Crepería del Pallol. "Con mis manos y el sudor de mi frente", nos cuenta para 20minutos, montó un restaurante que en algunas guías aparece clasificado como "restaurante francés" y
da vida a la pequeña pero bella plaza del Pallol.

A quien le gusten los creps, en La Crepería podrá encontrar de todo tipo desde los clásicos dulces y salados, hasta los de carne, vegetales o integrales. Eso sí, para degustar de la cocina que pone a nuestra disposición Richard,
en el mismo centro de Tarragona, hemos de esperar a las 12 del mediodía, que es la hora en la que suelen abrir.

Pero no hay mal que por bien no venga y
a partir de las 12 no debemos preocuparnos por el horario ya que podemos disfrutar de creps hasta la una de la noche, ininterrumpidamente, en
un lugar muy especial, rodeado de la Torre Romana y el Portal del Roser.
Variedad de discos
La Crepería del Pallol A Richard -en la fotografía de la derecha- le cuesta decantarse por su filloa preferida, "depende de la hora,
por la mañana la que más me gusta es la que llamamos Robin Hood, que tiene bacón, queso, huevo...", para coger fuerza, al estilo desayuno inglés, aunque quiere dejar claro que él no es inglés: "soy de París, aunque hace 26 años que vivo en Cataluña". Para el mediodía, acompañado de guacamole, varía entre un crep llamado Mar u otro, calentito, que ha decidido ponerle el nombre de Gringo.

A lo largo del día los creps que más salida tienen son los clásicos y sencillos de jamón dulce y los de queso. Pero el Griego o el de salmón ahumado acompañan a
los platos de pasta fresca, lo único elaborado diferente a los creps que podemos encontrar en La Crepería del Pallol, en una producción nada desdeñable, según nos confiesa Richard.

"En España tenemos un problema de personal", nos confiesa algo abrumado este francés, ya casi más catalán, a la hora de hablar de abrir otra crepería en Tarragona.
"Este local es pequeñito, pero está lleno cada noche, sobre todo en verano... trabajamos 6 personas". Imposible abrir otra crepería cuando mantener a los trabajadores en esta ya es un milagro.

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