Las estrategias del presidente del banco Santander, Emilio Botín, nunca dejan de sorprender. Sólo un mes después de hacerse con el banco italiano Antonveneta en la operación de compra de ABN Amro, ha decidido venderlo.
A principios del mes de octubre se completó la complicada operación por la que el consorcio formado por el Santander, el Royal Bank of Scotland y Fortis adquirían el grupo holandés ABN en contra de los intereses de Barclays. El objetivo de los tres socios era trocear y repartirse los diferentes negocios de los holandeses.
Botín se quedaba tras la operación con el banco italiano Antonveneta y el brasileño Real para consolidar su amplia red de banca comercial. El presidente del Santander reconoce ahora que aunque Antonveneta hubiera representado un interesante paso hacia ese objetivo, su tamaño era insuficiente y la estrategia actual del banco está centrada en Brasil.
Una operación satisfactoria
Pero además de las estrategias de crecimiento hay motivos económicos de peso para la venta. En una carta a sus accionistas, Botín ha señalado que la oferta de Monte dei Paschi di Siena por Antonveneta alcanzaba los 9.000 millones de euros. Es una cifra significativamente superior "a los 6.600 millones en que habíamos valorado el grupo Antonveneta en la OPA sobre ABN Amro", reconoce Botín.
El precio satisface así las expectativas del Santander y le permite centrarse en sus proyectos de expansión. La entidad ha añadido que no tiene planes de compra inmediatos, aunque a medio plazo seguirán valorando oportunidades de crecimiento mediante adquisiciones basadas en motivos estratégicos y financieros.
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