Así lo ha señalado, en declaraciones recogidas por Europa Press, poco antes de que pronuncie el pregón de la 50 edición de la Feria del Libro de Valladolid. Un acto que, reconoce, le hace especial ilusión al entenderlo como una "celebración". "Los libros, la literatura, la cultura, necesitan también su momento de fiesta, y para mí se trata de un acto de responsabilidad", ha puntualizado Rivas para incidir en que es una relación "presencial" que siempre hay que "cultivar".

Bajo el título '¿Después del libro? ¡El libro!', el narrador gallego ha hecho una defensa enconada, dentro de un ambiente un tanto "pesimista" al que hay que poner "matices", de la lectura y la cultura para evitar aquello que en su día sentenció Max Aub y que aseguraba que los grandes problemas de la sociedad "suelen ser" problemas culturales.

De ahí que indique como errores el "achique" que sufren las humanidades en las programaciones educativas y el "falso" concepto de progreso que trae consigo la utilización de las nuevas tecnologías en los colegios. "Es un error que se relegue la utilización de los soportes de papel que generan analfabetos expertos en tecnologías", ha advertido.

"Nos echamos las manos a la cabeza cuando las encuestas sobre consumo cultural ofrecen datos espeluznantes", reflexiona para insistir en que los países referencia en Educación no utilizan este tipo de modelos.

"La escuela debería tener otro uso", ha añadido. "Eso que llamamos civilización, libertad, valores humanos, el agua en que se mueven, el aire que respiran, tiene que ver con las humanidades. No es que sea marginal, sino que está en un proceso de desaparición, 'underground', porque el trazado curricular cada vez facilita más que se deje a un lado estas materias", ha puntualizado.

Frente a la crisis del libro, el "libro" es la solución. Así, entiende que debe ser visto como un "bien común" a nivel del pan como refleja aquel título que se convirtió en un icono de la República como fue 'La conquista del pan', de Piotr Kropotkin.

Para andar este camino, ha reclamado protagonismo para las librerías, esos lugares de "encuentro" donde se da la confluencia de personas "diversas", donde habita lo "desconocido", donde hay "emoción" y se mira de "igual a igual". "Frente al deslugar, los espacios deshumanizados, las librerías deberían estar marcadas como espacios verdes, rutas de resistencia a visitar", ha continuado para reconocer que para frenar su paulatina extinción se están reinventando, están buscando su propio "estilo" para forjar una "zona de refugio".

Por último, ha hablado de su obra, de la percha cinematográfica que tiene alguno de sus títulos como 'La Lengua de las mariposas', 'El lápiz del carpintero' y 'Todo es silencio'. En este sentido apunta que no escribe para el cine, porque entiende que el andar de la literatura debe ser "muy vagabunda", para reconocer que la adaptación que más le ha emocionado es la dirigida por José Luis Cuerda, aunque las otras le han ido entrando también "con el tiempo".