Los vecinos de Cimadevilla protestan porque, en su opinión, las autoridades no persiguen ni multan la práctica del botellón en su barrio. Según dice Ignacio Currás, vicepresidente de la Asociación de Vecinos Gigia, debería haber más control policial, ya que «lo que sucede aquí, en otras zonas no pasa».

Currás se refiere a una de las últimas ‘modas’ entre los jóvenes que practican el botellón o beben en la calle durante los fines de semana: romper contra el suelo la botella o el vaso una vez acabados. Hay miles de vidrios rotos en las zonas más populares: plaza Arturo Arias, calle del Rosario, Vicaría y Óscar Olavarría.

Según el colectivo vecinal, el Ayuntamiento no es el único responsable de esto. Señalan directamente a algunos hosteleros: cobran tan caras las copas que «ni se molestan en recoger los vasos».

Los vecinos sostienen que esta permisividad conlleva la constante rotura de mobiliario público, el deterioro de las calles y la suciedad. «Hay zonas, como el entorno de la Torre del Reloj, o las calles Eladio Verde y Atocha, que son auténticos meaderos», señala.

Indica que ya hay una brigada especial, pero desde el colectivo vecinal consideran que debería «reforzarse el riego y la desinfección».